El Periódico Cubarte desde el pasado mes de noviembre ha publicado semanalmente, a modo de homenaje, entrevistas a propósito del aniversario 50 de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova cubana, cuyas canciones han sido a lo largo de este tiempo himnos de amor, del amor grande, el amor a todo, y muchas conservan, a pesar del paso del tiempo, esa cualidad.

Hemos tenido la suerte de contar con las evocaciones y apreciaciones de notables trovadores cubanos de diferentes generaciones, entre ellos, Augusto Blanca, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Angelito Quintero, Marta Campos, Heydi Igualada, Inti Santana, Adrián Berazaín, Erick Sánchez, Roberto Novo, Lázara Ribadavia, Liuba María Hevia, o líderes e integrantes de formaciones pertenecientes al movimiento como Luis Llaguno, del Grupo Nuestra América, Adolfo Costales, de Mayohuacán, y Tomás Rivero de Moncada.

Igualmente han accedido a participar en ese proyecto, periodistas y críticos como Norberto Codina, Pedro de la Hoz y Frank Padrón, la reconocida artista de la plástica Diana Balboa, el destacado productor musical Enrique Carballea y la admirada doctora Mildred de la Torre Molina.

Hoy el Periódico Cubarte publica una entrevista a la trovadora Enid Rosales Villazón (La Habana, 1985), compositora, intérprete y tresera cubana. Profesora, asimismo, del Instituto Superior de Arte.

Con una larga carrera artística, luego de casi veinte años de hacer canciones, decidió incursionar en un universo que confiesa, le apasiona: la canción infantil.

Enid es fundadora del Encuentro Internacional de Arte para la Infancia «Corazón Feliz», que celebró recientemente en La Habana su cuarta edición, organizado por un equipo de trabajo liderado por la también trovadora Rochy Ameneiro.

Dicho evento, en opinión de Enid Rosales: «es mágico y hace mucha falta a la sociedad en la formación de los niños de hoy, que serán los adultos del futuro. El corazón no me cabe en el pecho de tanta felicidad, así nos hemos quedado todos».

Su primer recuerdo del MNT, ¿llega junto a qué figura? 

Realmente mi primer recuerdo de la Nueva Trova es de cuando era niña, adolescente, con mis padres y mi tío —que escuchaba mucho a Silvio, y mi papá un poco también—, pero realmente mi acercamiento a la NT fue con la segunda generación de trovadores: Carlos Varela, Santiago Feliú, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, pero sobre todo me acuerdo mucho de Carlos Varela y Gerardo Alfonso, en una primera etapa mía de adolescente. Ya después, cuando estaba más grande, comencé a asistir a los conciertos de Frank Delgado y fue ahí donde me metí totalmente en este mundo de la trova.

¿Cuándo reconoció que quería ser trovadora? 

Conocí a Erik Sánchez, en el año 2007 y empecé a colaborar con él desde ese momento como tresera y ahí fue donde que me di cuenta de que ese era mi camino, cuando decidí que yo también quería hacer mis canciones y mi propia obra como trovadora. A partir de ese momento comencé a tocar con muchos otros como Liuba María Hevia, Rita del Prado, el Dúo Karma, el propio Frank Delgado, Mauricio Figueral, Adrián Berazaín

¿A quién se quería parecer en ese momento?

Cuando empecé a hacer mis canciones hubo alguien que me dijo que yo era como la versión femenina de Pedro Luis Ferrer, un poco por la guaracha, por el tres; eso, por supuesto, lo sentí como un elogio porque para mí Pedro Luis Ferrer siempre ha sido uno de esos referentes como trovador, como tocador del tres, y yo decidí, cuando me hice trovadora, que me iba a acompañar con el tres, que podía hacer algunas cosas con la guitarra, pero que mi esencia siempre iba a ser con el tres, porque de hecho este fue mi instrumento siempre desde el comienzo de mi carrera artística que fue en el año 2001. Entonces, en el 2007 cuando ya me adentro en el mundo de la trova decido seguir acompañándome con el tres.

Te decía que Pedro Luis Ferrer siempre fue un referente para mí, al igual que Erick Sánchez, Frank Delgado… y en cuanto a las trovadoras mujeres, siempre sentí una gran admiración por Teresita Fernández, Liuba, por la calidez y ternura de su voz, de sus canciones; por la obra de Rita del Prado que es igualmente uno de mis grandes referentes, no solo en cuanto a la canción de autor, sino por ese trabajo tan hermoso que es hacer canciones para los niños, mundo en el que empecé a transitar después de muchos años de carrera artística, cuando salí embarazada de mi hijo Álvaro, en el año 2017; me encanta hacer canciones para la infancia y que creo que es donde más me he encontrado, es un mundo que me llena muchísimo y me da mucha felicidad.

Como decía Teresita Fernández, la maestra de todos, siempre debemos dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontramos, y eso trato de hacer y creo que también hacen todas las personas que trabajan en este país para la infancia, para que los niños encuentren ese mundo mejor, y el arteel arte todo lo puede y la música por supuesto también.

¿Es de estos trovadores que menciona de quienes reconoce mayores influencias en su obra?

Creo que las influencias a veces son un poco difíciles de definir; creo que tengo influencias de toda la música que escucho, creo que todos tenemos influencias muy variadas; a mí me gusta mucho la trova tradicional cubana: María Teresa Vera, Miguel Matamoros, ese tipo de trova, porque soy tresera y el tres siempre acompañó al son, por eso me he sentido más identificada con la trova tradicional.

Tengo influencias también de los trovadores con los que he tenido el gusto de tocar porque creo que uno al colaborar con otros artistas aprende mucho, al menos ese ha sido mi caso; yo he aprendido muchísimo de Frank Delgado, Rita, Liuba, Karmason varios, y creo que las influencias están ahí, pero, como egresada del Conservatorio, de la Academia, además he tenido influencias de la música instrumental que he escuchado a lo largo de mi vida, mucha música de concierto, buena música popular igualmente, de la música bailable, creo que todo eso siempre está en la obra de uno en sentido general.

¿En qué medida considera que Sara González influyó en otras trovadoras?

Sara impuso una manera de hacer diferente, una manera de mujer dentro de un mundo que siempre había sido fundamentalmente de hombres, y sin embargo siempre estuvo ahí, creo también que arropada, cobijada, un poco protegida, por esos fundadores el MNT que la acogieron siempre.

Creo que ella, con su fuerza, su temple, esa manera de cantar tan sinérgica, pues claro que ha sido de mucha influencia tanto para trovadoras como para trovadores de todas las generaciones posteriores a la suya.

También pienso que siempre se va a ver en Sara un ejemplo a seguir en ese sentido, en la energía, la brillantez de su voz, en la manera de hacer y de cantar lo que ella quería, lo que sentía en ese momento.

¿Usted cree que los fundadores del MNT «enseñaron a pensar » a los jóvenes cubanos?

Considero que los fundadores del MNT siempre tuvieron presente que la canción tenía que trasmitir, que no era hacer arte por el arte, sino que tenía que comunicar, hacer ver ideas, pensamientos, acciones, porque tenían que haber cambios, cosas que debían pasar en nuestra realidad cubana y en la realidad de cada uno, porque cada cual es un mundo y piensa de una manera diferente. Cada uno de ellos en su estilo y en su propia manera de hacer, creo que dejó eso bien claro.

Siempre hubo temas de amor, pero también estuvieron presentes los temas sociales, las inquietudes, ese preguntarse qué estaba pasando en el país y en todo lo que estaba pasando en ese momento a nivel mundial. Opino que eso lo dejaron muy claro y pusieron bien en alto a la juventud cubana que tanto los seguía y que debía pensar así mismo en esas cosas que estaban pasando, y desde su trinchera que era la canción trataron de mejorar el mundo.

¿Qué recuerdos tiene asociados a Pablo Milanés?

No tuve la suerte de conocer a Pablo Milanés en persona, me hubiera encantado, por supuesto. Sí fui a muchos de sus conciertos; recuerdo uno en el Teatro Nacional que estaba repleto de personas afuera esperando para entrar; no habían aún abierto las puertas, y la gente empezó acercarse y empujar, y se rompieron las puertas… hasta que las abrieron todas y entró todo el mundo y pudimos disfrutar de su concierto…

Siempre lo vi como un tremendo «musicazo», por sus melodías, la armonía, los arreglos; siempre estuvo acompañado de buenísimos músicos pero sus canciones eran extraordinarias. Son, porque los grandes músicos, los grandes artistas, los grandes seres humanos nunca mueren cuando tienen una obra tan grande. Se quedan siempre vivos en la obra porque todo el mundo la va a seguir escuchando y recordando siempre.

A pesar de no haberlo conocido personalmente siempre me pareció un ser humano lindo por dentro, creo que era una persona con la que se podía conversar fácilmente y a la que se podía amar fácilmente, siempre me dio esa impresión Pablo Milanés.

¿Cuál considera es el aporte fundamental del MNT a la historia de la música cubana?

Creo que el MNT vino a romper con una manera de hacer canciones, a crear una nueva manera de hacer canciones, de decir, de comunicar, de hacer arte, así fuera con una sola guitarra o con una orquesta, una banda, era la manera nueva de decir.

Se convirtió en una forma de pensamiento que creo que hizo que muchos jóvenes lo siguieran e incluso quisieran también ser trovadores y por eso las nuevas generaciones de trovadores siempre van a tener esa influencia de la NT, tenga el estilo que tenga, porque cada trovador viene con sus experiencias, su bagaje, su mochila y cada uno es diferente, pero siempre va a estar un poco permeado de ese legado que nos han dejado los fundadores de la NT y que es un aporte para la historia de la música cubana, esa forma distinta de decir, llamar, protestar, amar y vivir la canción desde una manera más íntima, más propia, y más vinculada siempre a todos los procesos de la vida, el entorno y la cotidianidad.