Nuevas miradas ante "La magia del color"


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"Cubanía" (acrílico sobre lienzo).
Sofía Suárez, 4 años.

 

“Nace una constelación” es el título que el profesor Orestes Carballo modestamente me impidió añadir a este texto, al comentarle mi reciente visita a la exposición colectiva LA MAGIA DEL COLOR organizada por él y abierta al público durante este mes de marzo en La Madriguera  -entrañable nido del arte joven cubano-  entre los centenarios jardines de la Quinta de los Molinos.

Desde que llegué a ese oasis capitalino (por el acceso de Infanta esquina a Jesús Peregrino) mi encuentro con esta peculiar muestra de artes visuales transcurrió en un estado de creciente respeto, interrogación y gratitud.

Respeto, en primer lugar y como apreciación general, por la creatividad innata de todas las obras expuestas, cuyos autores tienen el denominador común de ser alumnos de Orestes Francisco Carballo Marrero (La Habana, 1989) quien ha desarrollado una fructífera carrera como pintor, instructor de arte y promotor cultural desde que en el año 2008 integró la quinta graduación de la Escuela de Instructores de Arte Eduardo García Delgado, en la especialidad de Artes Plásticas, y con mayor sistematicidad tras obtener la Licenciatura en Comunicación Social por la Universidad de La Habana en el 2017.

Interrogación, frente a cada una de estas nuevas miradas, debido a la sorprendente originalidad con que logran realizar y ofrecer sus primeras expresiones artísticas. ¿Qué quieren decirnos esos niños y niñas junto a varios jóvenes, entre los 3 y 35 años de edad, acompañados por su profesor en esta Expo?

"Retrato" (óleo sobre lienzo).
Eddy Regueiro, 26 años.

En el acogedor silencio de la Galería Antonia Eiriz  -que parece evocar la dedicación demostrada por esta enigmática pintora hacia la labor comunitaria en su natal entorno habanero-  no encontré una respuesta definitiva a esa pregunta, tampoco al salir de allí, cruzando el dinámico paisaje de nuestra ciudad hasta la Fundación Fernando Ortiz, donde el colectivo presidido por el Dr. Miguel Barnet pone especial empeño en el acercamiento a los artistas plásticos cubanos contemporáneos, semestralmente reflejados en las cubiertas de nuestra revista de antropología CATAURO desde el número inaugural en 1999 hasta el presente.

Quizás, lo sustancial no sea seguir buscando respuestas a dicha interrogante, sino comprender que nunca será posible saber por qué razón esas obras nos cazan, desprevenidos, durante breves instantes o largos minutos…

El misterio del arte es así por naturaleza, aún más al tratarse de diálogos iniciales entre el vibrante pulso de principiantes y las enseñanzas pacientes de su maestro, en este caso como parte del proyecto EntreArtes desde el año 2016, que reúne en el municipio Plaza de la Revolución a muchos interesados en recibir instrucción en diferentes manifestaciones artísticas durante las mañanas dominicales.

Quisiera mencionar los nombres de las cincuenta obras expuestas y sus autores, pero algo me hace mantener intacto el silencio con que las fui descubriendo aquella mañana, contemplándolas sin leer las notas de identificación contiguas a cada una de ellas. Entonces sólo tuve por introducción el plegable inaugural impreso, con estas palabras: “El proyecto EntreArtes trabaja en el desarrollo integral de los niños y jóvenes a través del arte, a partir de los 3 años de edad, promoviendo la creatividad, la expresión personal, la exploración de materiales y la experimentación con diferentes técnicas artísticas. Esta exposición busca mostrar la diversidad de interpretaciones que nuestros alumnos han logrado con el uso del color en sus creaciones, como un elemento vital del arte para transmitir emociones, sensaciones y crear atmósferas específicas en una obra.”

Gratitud, finalmente pero no menos importante, con nuestro sincero aprecio por este joven profesor de artes plásticas, miembro de la Asociación Hermanos Saiz y fundador del Grupo Vanguard-IA (como iniciales de Instructores de Arte), cuyos estudios de apreciación artística en escultura, fotografía, pintura, grabado y artesanía, así como sobre gestión de proyectos comunitarios, se revierten en su continuo desarrollo profesional y humano, sumando cerca de treinta exposiciones entre personales y colectivas.


"Pasado imperfecto" (acrílico sobre lienzo).
Orestes Carballo, 35 años.

En ese contexto, el proyecto comunitario al que el profe Orestes da vida desde EntreArtes, constituye un hito relevante en nuestro país tanto por su contenido y forma, como por su significación. Sin pruebas de ingreso o aptitud, todos los niños y jóvenes motivados por la pintura son bienvenidos a sus clases, que poco a poco se van transformando en campos de efusiva creación, con turnos sucesivos organizados por edades, donde cada cual ejerce su espiritualidad más libre, guiados por un maestro que a ratos se convierte en alumno, en niño, y por qué no, en cierta medida en la primera obra creada por una de esas nuevas miradas que de pronto conciben y nos brindan  -sin mediar palabra-  la más pura magia del color.

 

 


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