Un recuerdo por Rosita


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Rosita Fornés. Foto: Tomada de Facebook

Entrevisté a la gran diva Rosita Fornés en Varadero 1988. Ella preparaba la Gala por sus 50 Años de Vida Artística que se presentaría en el Gran Teatro de La Habana.

 Esa tarde conquisté una cota familiar que es verdaderamente la razón que me lleva escribir estas breves líneas: Mi padre, fallecido en 1990, un hombre sencillo alejado de las artes, sin embargo, no faltaba al teatro cuando actuaba la Fornés.

No entendí tanta pasión por la artista hasta que me contó que la admiraba desde joven, cuando eran vecinos en la muy habanera Avenida de Carlos III. Se convirtió en un juego feliz el avisarle de presentaciones de Rosita.

La bella joven de ojos verdes se hizo una artista completa,

actriz de cine, radio y televisión, del teatro lírico, dramático, comedia, revistas y su imparable carrera fue seguida por quien seguro fue uno de sus primeros incondicionales.

No se si mi padre vio la primera película de Rosita, Una aventura peligrosa en 1939, pero si aseguro que disfrutó mas de una vez Se permuta, de Juan Carlos Tabío.

De la televisión era inviolable el programa Mi esposo favorito – comedia inspirada en la norteamericana I love Lucy–en la que Rosita hacía pareja con Armando Bianchi, aun más cuando uno de sus actores, Coqui García, visitaba nuestra casa.

Ya no me sorprendía ver a mi padre ir al teatro, Hello Dolly y La Fornés Tridimensional en el Karl Marx y zarzuelas y operetas en la Lorca (yo me mantenía en el drama, y mucho aplaudí su Violeta en Confesiones en el Barrio chino, de Nicolás Dorr).

Además de la entrevista en Varadero que da inicio a estos recuerdos, escribí un comentario sobre la espectacular Gala, que dirigiera Alfonso Menéndez, y en la cual le entregaron a Rosita el Diploma de artista emérita de la UNEAC. No fui su fan, pero la admiré.

Lo que es el azar. Nuestra web incluye en la nota del fallecimiento de la diva una foto tomada por Ahmed Velázquez, un amigo entrañable con quien mucho trabajé y se despidió muy temprano. Otra añoranza.

Vuelvo a citar al poeta Miguel Barnet: «No voy a decir aquí lo que ya todos saben», pero esta tarde algo gris tengo que recordar a la gran vedete Rosita Fornés, quien conquistó el corazón de un extenso público, y para mí, especialmente, el de mi padre querido.


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