X Congreso de Meteorología, la salud y el cambio climático


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Tres sucesos de trascendencia para Cuba y el mundo, coinciden en el tiempo; el X Congreso de la Sociedad Meteorológica de Cuba, el Día de la Medicina Latinoamericana y la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP 25).

Aunque parecieran eventos independientes, sus contenidos no lo son y es que “todo está entrelazado”, lo que varía aquí, influye aquí y allá y lo de allá…, Todos ellos son subsistemas que conforman sistemas en interacción de una u otra forma, y así, las tormentas en el Sahara afectan Cuba, su tiempo y la salud, por ejemplo: si llueve más o menos en Cuba o, si hay mayor o menor concentración de ciertos microorganismos nocivos. Así es el universo, las emanaciones en las tierras del norte de gases compuestos por nitrógeno y otros elementos se transformen en ácidos y nos llueven sobre el territorio nacional, lo que afecta la vida, la mismísima salud y las obras culturales como edificaciones, monumentos, entre otros muchos casos, resultando su aspecto más visible la corrosión.

Parecería una simple metáfora decir que el aleteo de las mariposas reorientara la trayectoria de un sistema de vientos o desataran una tormenta allende los mares. Sin embargo, está demostrada la influencia de pequeñísimas variaciones de las condiciones iniciales en las futuras trayectorias de ciertos sistemas, por lo que cierto grado de incertidumbre es inherente a los mismos. Por lo que cualquier alteración podría causar más temprano que tarde, que se pierda un patrimonio, que se desarrolle un tipo de enfermedad, o que en su evolución una tormenta varíe su trayectoria y provoque, más o menos efectos, en este u otro lugar, en un momento antes o después.

Entonces, lo que está sucediendo esta semana en esos tres eventos tiene sin duda una gran relación para Cuba y para el mundo. Meteorología, salud y cambio climático.

Acá, nuestro Congreso, en el que participan científicos de diversos países, comenzó su sesión inicial en la Basílica menor del Convento de San Francisco de Asís bajo un ambiente de paz y creación.

La construcción de ese emblemático edificio fue concluida en 1738. Entre sus diversos atractivos se encuentra la torre erigida en el último tercio del siglo XVIII con 42 metros de altura. El inmueble posee una gran belleza y es portador de elevados valores religiosos, históricos y arquitectónicos, que hacen de él un magnífico espacio para cualquier actividad cultural tanto de las artes como de las ciencias.

En su primer día de sesiones, la actividad fue presidida por Celso Pasos Alverdi, director de Instituto de Meteorología y Andrés H. Planas Lavie, presidente de la Sociedad Meteorológica de Cuba, quienes agradecieron a las diversas instituciones que hicieron posible este Congreso, dedicado al 500 aniversario de La Habana.

Otro de los momentos iniciales fue la entrega de premios a trabajadores destacados y colaboradores de esta rama del saber, y a los fotógrafos aficionados y profesionales que participaron en el concurso de imágenes relacionadas con la actividad meteorológica.

A continuación una interesante charla sobre aspectos históricos de La Habana colonial fue impartida por Michael González, director de Patrimonio de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

En su descripción se podía ir ya relacionando la influencia de las condiciones ambientales, de las geográficas y la meteorología con la salud, condicionantes que fueron conformando la evolución de la ciudad.

Con mejor salubridad que en la costa sur y cenagosa de Cuba, la región que dio origen a la actual Habana es poseedora de una bahía de bolsa que disponía de algunos ríos y bancos de arena, así como de la presencia cercana de yacimientos de brea y bosques con maderas de alta calidad que posibilitaron el desarrollo industrial de este territorio.

Uno de los aspectos fue el de la actividad de astilleros, dadas las ventajas que la metrópolis vio para su economía. Las maderas cubanas, así tratadas, duraban el doble que las elaboradas en Europa.

El tomar en cuenta la salida de las embarcaciones hacia Europa y la temporada de las tormentas tropicales, y otros elementos del tiempo, muestran desde entonces la relación de la meteorología con la actividad económica y humana en general. Ello fue, como otras muchas cosas, incorporándose a la nueva cultura que se iba creando, pues, los españoles no tenían la experiencia de estos tipos de eventos en la atmósfera.

Como intermedio a esta sesión de trabajo, un acertado momento artístico “Cantemos a La Habana” con la interpretación al piano de poemas musicalizados de Rubén Martínez Villena, resultó un toque de patriotismo y elegancia muy agradecido.

El tercer momento especial fue la presentación de un panel con la exposición de cuatro magníficas conferencias, la primera vinculaba la historia de la meteorología en Cuba a través de la vida de un científico insuficientemente conocido como el ingeniero José Carlos Millás (1889 - 1965), a quién la meteorología y en particular la cubana le debe mucho.

La presentación, estuvo a cargo del profesor Luis E. Ramos. Él habló de Millás, como científico brillante y fundador de la Sociedad Geográfica en 1914. Explicaba que siendo aún muy joven fue el primer científico cubano en calcular la órbita de un cometa y en 1925-26 introduce la aerología en Cuba. Entre otros de sus muchos méritos publica diversos artículos científicos y una cronología de los huracanes vinculados a regiones cubanas y promueve la instalación de numerosos estaciones meteorológicas. Fue Premio Nacional de Meteorología y además recibió diversos reconocimientos internacionales.

Una segunda ponencia a cargo del Dr.C. Ramón Félix, centró su atención en “Los Huracanes de La Habana”, su cronología y los efectos causados en esta provincia, y con más énfasis en los organismos de más potencia (IV y V).

De acuerdo a este autor, de los 46 huracanes de estas características que han afectado a La Habana desde que se tienen registro de los mismos, 21 ha sido en octubre, 10 en septiembre, 9 en agosto y el resto en otros meses del año. De ellos, 2 alcanzarían la categoría V, tres, lV, siete la III, trece la II y 21 la I.

El especialista comentó además, que el período de retorno esperado en este tipo de huracanes es alrededor de 58 años y la mayor distancia entre uno y otro es de unos 80 años, pero ello no debe tomarse mecánicamente, pues también hay referencia de dos huracanes en un año.

Lo cierto es que hay un descenso de la frecuencia desde 1950, nos refiere el Dr. Ramón Félix, por lo que puede inferirse que si nos atuviéramos a las probabilidades debería esperarse el paso de un evento de esta magnitud en un tiempo no muy lejano. No obstante, el científico recomendaba la necesidad de desarrollar más estudios sobre este período para comprender mejor lo sucedido y predecir el futuro.

La intervención de la Dra.C. Ida Metrani, daba continuidad a lo anteriormente descrito desde una de sus consecuencias: las inundaciones, en este caso, “Las inundaciones en el malecón habanero” fue su presentación.

Fue interesante conocer que la actual situación que padecen los citadinos pudo haberse evitado ya que fue prevista desde la época colonial. En 1886 se le encargó a don Francisco Albear un proyecto, para lo que hoy conocemos como el malecón habanero. Este ilustre ingeniero recomendaba la realización de una calzada, pero alejada y elevada de la línea costera. Lamentablemente, este proyecto fue desestimado, aprobándose posteriormente otro que al parecer era económicamente más conveniente para aquel gobierno, según refería la Dr.C. Metrani.

Por último, el Dr.C. Osvaldo Cuesta presentaba otra arista de la influencia de la meteorología en la salud y por tanto en la necesaria medicina para atenuar los efectos del transporte aéreo de óxidos y compuestos de nitrógeno, azufre y carbono (NO2, SO2, CO, COV) y otras sustancias particuladas (PM10 y PM25), uy muy vinculada a los fenómenos de causa – efecto que están relacionados con el cambio climático.

En su conferencia el Dr. Cuesta explicaba los esfuerzos que realiza el país para poder medir todas estas sustancias, para los cuales se requieren de equipos de alto valor económico.

Dada la influencia de las corrientes aéreas y las zonas de emisión existen lugares más afectados que otros, de ahí los mayores porcientos de enfermedades respiratorias en ciertos territorios y asociados a industrias y vías de tránsito.

Eso lleva de la mano entonces a resaltar la enorme relación de los eventos meteorológicos y la medicina y la necesidad de incrementar la integración de ambos sistemas “unidos podemos más”. Pensar como país, no es una mera consigna, es pensar en sistema, es buscar con los recursos disponibles, más y mejores resultados.

Es por ello que en el Día de la Medicina Latinoamericana pudiera hacerse otro de los llamados por la salud de todos, a ahorrar gastos evitables. La buena salud es ante todo felicidad, nivel de vida, estado de bienestar, como es el pensamiento latinoamericano de nuestros pueblos originarios, y también es ahorro de recursos que en Cuba se entregan gratis o casi gratis y que pudieran liberarse y destinarse a otras necesidades, al desarrollo en general.

Y qué mejor también que este pensamiento pudiera enriquecerse en la actual cumbre de jefes de estados en la Conferencia de Cambio Climático (COP 25) que se desarrolla en Madrid, España.

Podría entonces recomendársele a ese cónclave: “Pensar como Planeta”. Claro, habrá que luchar con el “gigante de las 7 leguas”, pues los poderosos no entregan fácil nada, si es que entregan algo, hay que arrancarle poco a poco, a veces bruscamente, las victorias de los pueblos, pues al final estos son los más afectados.

Hay que soñar, pues es muy real que “un mundo mejor es posible” y necesario, pero con los pies en la Tierra, por ello la batalla es en todos los frentes, con todas las fuerza y con toda la inteligencia del mundo.


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