Agatha Christie, este nombre es tan famoso que incluso ha pasado a formar parte de frases como «estás hecha una Agatha Christie», cuando alguien descubre algún misterio o descifra un acertijo.

Los más irreverentes la llaman La gata triste, por la analogía fonética, pero lo cierto es que con irreverencia o admiración, esta dama inglesa es recordada siempre y en especial hoy que se cumplen 130 años de su nacimiento en Torquay, un pueblo de la costa sur de Inglaterra.

Huérfana desde los once años de edad, recibió educación privada hasta la adolescencia, después estudió canto en París, y es hoy, después de William Shakespeare, la autora más leída en el mundo de habla inglesa y una de las más prolíferas del siglo XX.

Maestra en liar tramas misteriosas, tejió incluso una en su propia vida; cuentan que cuando en 1928 su esposo, Archibald Christie, que era bastante casquivano, le pidió el divorcio, la escritora padeció una profunda y larga depresión, al punto de que en una noche de diciembre de 1937, dejó su coche abandonado cerca de una carretera y fingió su desaparición; se fue a un alejado spa en el cual se registró con el nombre de la amante de turno del exmarido.

El escándalo fue mayúsculo; un gran cuerpo de policías de Scotland Yard participó en su búsqueda; algunos creían que la habían asesinado, otros que se había suicidado, hasta a Sir Arthur Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes, le pidieron ayuda y este a su vez le llevó a una médium un guante de la desaparecida, pero  tal y como pasa en las novelas, siempre el menos pensado descubre el entresijo, y resulta que un músico de la orquesta  del spa la reconoció entre los huéspedes, avisó a la policía  y la novelista alegó una amnesia temporal, de la que supuestamente se recuperó tras un tratamiento psiquiátrico.

Su primer relato El misterioso caso de Styles, se había publicado en 1920, mientras Christie trabajaba como enfermera durante la Primera Guerra Mundial; ya en este aparece el que se convertiría en el famoso investigador Hércules Poirot.

Uno de sus más admirados textos es uno de los iniciáticos: El asesinato de Roger Ackroyd, de 1926; la esmerada construcción de esta pieza literaria la ha convertido en una de esas pocas novelas policíacas cuya segunda lectura produce en el seguidor a este género más placer intelectual que la primera, como una especie de redescubrimiento.

Pasados unos años se casó con el arqueólogo Max Mallowan, con quien viajó en reiteradas ocasiones a Irak, Egipto y Siria; a veces pasaban en estos países largas estancias que alimentaron la inspiración de la escritora, la cual como resultado ofreció a los lectores varias de sus novelas tales como Asesinato en la Mesopotamia (1930), y las muy populares Muerte en el Nilo (1936) y Cita con la muerte (1938).

Varias de sus obras fueron adaptadas al teatro por la propia autora, como La ratonera, estrenada en 1952, que se representó en Londres ininterrumpidamente durante más de veinticinco años;  y otras se han llevado al cine, siempre con éxito; por solo mencionar algunas, Diez negritos (1939), y Asesinato en el Orient-Express que tiene una primera versión rodada en 1974; una adaptación para un teleplay de 2001; en 2010 se realizó una serie para la televisión, y en 2017 se produjo Murder on the Orient Express, con un elenco estelar, encabezado por Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Penélope Cruz y Judi Dench.

Por si fuera poco, en el año 2006, The Adventure Company lanzó una adaptación para computadoras del libro, que se trata de una aventura gráfica o juego de PC.

Los especialistas han valorado en alta medida la capacidad de la autora británica para recrear ambientes rurales y urbanos de la primera mitad del siglo XX de la isla inglesa; su dominio de la construcción de los diálogos; el creíble diseño psicológico de los personajes; el humanismo y realismo de la descripción de los asesinos, y por supuesto el gran mérito de haber dado vida a dos  de los detectives más famosos del género: Hércules Poirot y Miss Marple, una solterona chismosa con un extraordinario poder de observación y una habilidad especial para descubrir los más complicados crímenes a través de las analogías.

La escritora y dramaturga británica Agatha Christie, bien llamada la Reina del crimen, fue sin dudas, una mujer adelantada para su época, en la que recibió diferentes reconocimientos como el nombramiento de Dama del Imperio Británico, que le fue otorgado en 1971.

Su última novela, Telón (1974), significó a su vez la muerte del popular Hércules Poirot, el sabio y peculiar detective con el que Christie conquistara, y conquista aún, a lectores del mundo entero, aunque ya se cumplieron los 44 años de su fallecimiento, acaecido el 12 de enero de 1976, a la edad de 85 años, en Wallingford, Oxfordshire, en el Reino Unido.