Un Cristo, símbolo habanero


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Hasta anteayer –como aquel que dice--, hasta que ella emprendió su viaje fuera del mundo de tres dimensiones --más allá de este fatigoso valle de lágrimas--, las calles del habanero suburbio de Lawton la vieron pasar, majestuosa, señorial, corpulenta, con la mirada algo ida, como quien está fraguando una nueva empresa de colosos.

Era la pinareña Jilma Madera (1915-2000).

Se ha dicho, con toda razón, que cada ciudad tiene su símbolo. La parisina Torre Eiffel. La Torre de Londres. La neoyorquina Estatua de la Libertad. El Cristo de Corcovado, en Río.

Y a Jilma Madera le tocó fraguar la enseña capitalina: el Cristo de La Habana, la más grande imagen creada por una escultora en todo el planeta.

En la margen de la bahía, junto al complejo turístico-cultural Morro-Cabaña, el Cristo nos bendice con la mano derecha, mientras la izquierda se acerca a su pecho, como demostrando que su saludo es cordial, o sea, estrictamente hablando, del corazón.

Esculpida en mármol de Carrara, la estatua tiene 15 metros de alto, sostenida por una base de 3. Puesto que está enclavada en una colina, en total se remonta a 79 metros sobre el nivel del mar.

Se trata, a no dudar, de un Cristo sui géneris. Sí, porque ante él recordamos la elección del poeta Miguel, cuando repudiaba al “Jesús del madero”, pues prefería la imagen de “el que anduvo en la mar”. Y el Cristo habanero se nos muestra triunfal, serenamente invicto. Comentó Jilma alguna vez: “Me aparté de la imagen a que nos tenían acostumbrados quienes me antecedieron: un Cristo débil, frágil. Quise darle la austeridad, el amor y la fuerza que lo colocaron al lado de los pobres de la tierra”. 

No es gratuito decir que el Cristo de Jilma es un símbolo de cubanía. Porque, decididamente, la escultora no se inspiró en el Apolo de Belvedere o en otro paradigma clásico a la hora de concebirlo.

No, el Cristo habanero tiene rasgos que proclaman su mulatidad. ¿Acaso ha de extrañarnos esto, en una tierra donde el poeta mestizo Nicolás Guillén invocó así a los santos?:

           “San Berenito, Santa Lucía,

             todo mezclado, todo mezclado...”


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