El  seminario La serie televisiva: un nuevo paradigma audiovisual que ha reunido a especialistas del cine y la televisión durante la edición 36 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano pone al debate un fenómeno que desde hace más de una década surge con el creciente impacto de las nuevas tecnologías.

En los últimos años las series producidas para la pequeña pantalla han ido ganando terreno y profesionalidad lo que las han hecho merecedoras de la atención cada vez más creciente del público y la crítica. Razones pudiéramos argumentar muchas, entre ellas una muy  significativa, es que  grandes empresas cinematográficas se han convertido en multinacionales e integrado, no solo importantes canales de televisión, sino también lo que se conoce como  industria del entretenimiento. En consecuencia muchos directores, guionistas, actores y especialistas transitan de uno a otro medio, pues ya las fronteras se han ido desdibujando,  las tecnologías se han hecho muy afines y se consideran, ellos mismos, creadores audiovisuales, sin que existan límites. No pocas son las series de televisión que cuentan entre sus protagónicos con importantes actores y actrices del séptimo arte, así como  directores, guionistas, directores de fotografía, productores, entre otras especialidades.

Otra de los aspectos es que las dinámicas sociales han ido cambiando y la visita al cine cada vez es menos frecuente, en primer lugar por factores de tipo económico y en segundo lugar porque el individuo dispone cada vez de menos tiempo real para su distracción, elije quedarse en casa y seleccionar lo que les proporcionan los diversos canales de televisión. Muchas veces los que han resultado excelentes guiones para la televisión en sus inicios fueron concebidos para el cine y por ausencia de presupuestos inmediatos, —recordemos que en cine cuando empieza un rodaje es más difícil hacer interrupciones—, han devenido en adaptaciones más modestas pero no menos sorprendentes en cuanto a desempeño artístico y creatividad.

Nuestro país no ha estado ajeno al posicionamiento de la serie televisiva en el gusto de un público creciente. Muchas de estas series, algunas buenas, otras regulares y algunas de ellas muy trilladas, respecto a concepción del guion, dramaturgia e interpretación de los personajes, han desfilado por la pequeña pantalla. De ellas, algunas verdaderas joyas, Downton Abbey o Mansión Crawley, de la televisión británica, vista en su primera temporada durante el verano, es un ejemplo de esta tendencia audiovisual de narrar con gran apego a lo literario. Su escritor  Julian Fellowes, ya había recibido un Oscar en 2002 por el guion del filme Muerte a la medianoche de Robert Altman. No menos sugerente resultó la miniserie Mildred Pearce, también vista en reposición durante el verano. Protagonizada, en esta ocasión por Kate Winslet, Mildred Pearce ya había sido llevada al cine en 1945, interpretada por Joan Crawford, bajo la egida de la Warner Bros.

Si realizamos un balance buena parte de la programación televisiva se comparte entre las series y las propuestas cinematográficas y si en alguna medida existen espacios dedicados a comentar y promover el buen cine, también hay que incorporar los programas que sugieran y expongan los valores de una buena serie de televisión.

La serie televisiva se ha convertido realmente en un paradigma audiovisual, de ahí lo acertado de promover y convocar al debate en esta edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, pues tras el análisis de varias interrogantes con el objetivo de esclarecer ideas que van desde las relaciones que se establecen entre ambas producciones, su redefinición conceptual, así como los escenarios en que se mueven cine y serie de televisión, tras el auge de esta última, es importante también el examen de cómo el proceso se desarrolla en nuestros países, cómo podemos aprovechar esta forma de hacer o cómo lo hemos hecho hasta ahora para reflejar  realidades e identidades propias y de hecho, seleccionar lo mejor de las producciones a nivel mundial e insertar las de nuestra región en otros contextos. Sin dudas el seminario será una excelente ocasión para reafirmar la necesidad de la coexistencia entre cine y televisión en cuanto a realización se refiere, sin límites, en la comunión de un producto audiovisual en el que prime la creatividad y el buen oficio.