Los asentamientos poblacionales muestran de manera significativa la evolución cultural expresada en lo material de sus obras, en lo espiritual de su gente y en su integración. Estos conjuntos son elementos fundamentales, aunque no exclusivos, que visualizan la dinámica de la identidad de un territorio, desarrollada y decantada a través de su historia.

En particular el Parque Leoncio Vidal está ubicado el municipio Santa Clara de la provincia Villa Clara, hacia el centro de la Isla de Cuba y fue declarado Monumento Nacional, el 24 de junio de 1999, el Parque y su entorno es un importante espacio urbano desde los tiempos de la fundación de la Villa Santa Clara en el siglo XVII.

Fue Plaza de Armas y Plaza Mayor del asentamiento hasta que, a finales del siglo XIX, toma el nombre de Parque Leoncio Vidal; el que ha sido, y es, el centro de animación cultural más importante de la ciudad y el corazón de su área urbana patrimonial, donde concurren sus más preciados valores arquitectónicos y urbanísticos, por lo que se distingue  este parque como Monumento Nacional dentro del área del centro histórico, que posee la condición de Zona de Protección.

El amplio espacio que ocupa está plagado de historia, tradiciones y leyendas. En fecha tan temprana como el 15 de julio de 1689 en el área de lo que es el parque Vidal se efectuó la primera misa de Acción de Gracia.

Su entorno es el resultado de más de 300 años de evolución donde se superponen, entremezclan  y cohabitan edificaciones con diferentes estilos arquitectónicos, algunas con valores estéticos relevantes como se describe en el expediente que permitiera el otorgamiento de la máxima evaluación patrimonial. Se destacan entre ellas el teatro La Caridad, el Palacio Provincial de Justicia, y el antiguo Liceo, entre otros.

A través de los años el Parque ha sido testigo de amores surgidos alrededor de sus espacios, de los andares de su gente. En él se baila y florecen los recuerdos, y allí también se rememoran a los que combatieron por la libertad de la patria. Ocupa un sitio especial la patriota Marta de los Ángeles Abreu, considerada la benefactora de la ciudad.

El Parque es un símbolo de la cultura e identidad de los villaclareños y escenario de las luchas por la independencia del país caribeño.

Leoncio Vidal Caro fue un patriota cubano que murió en acción bélica el 23 de marzo de 1896 en el entonces llamado Parque Plaza Recreo. A propuesta del concejal Enrique del Cañal, el Ayuntamiento de Santa Clara tomó el acuerdo de nombrarlo Parque Leoncio Vidal el de marzo de 1899 en honor al patriota cubano.

El anterior nombre de Plaza Recreo había sido concedido por decisión del Cabildo en 1871, quien también consideró la necesidad de dotar al área de mejores condiciones y se dispuso de su remozamiento, ya que hasta entonces había sido un descuidado terreno cubierto de plantas silvestres y pocos árboles en el que no pocas personas habían sufrido la ruina de sus elegantes vestimentas por el lodo acumulado, al transitar por él en paseos cotidianos, fiestas y otras diversiones.

Con anterioridad de los nombres de  Plaza de Armas y Plaza Mayor, tuvo también el de Plaza de la Constitución, esta última denominación se le dio mientras en  España permaneciera el régimen constitucional.

El Parque siempre fue punto obligatorio de visita y tránsito no solo de sus pobladores sino de los visitantes de la localidad.

Según exponen algunos autores, en el siglo XIX, en este espacio abierto de menores dimensiones que el actual, se erigía en su entorno la parroquial mayor de la ciudad, demolida a inicios del siglo XX.

El área que hoy ocupa el parque Vidal, fue la primera plaza que tuvo la villa de Santa Clara, escogida por los remedianos fundadores para organizar su primer asentamiento. Allí se efectuaron las actividades culturales más importantes, así como desfiles militares.

La demarcación de los límites para la construcción del Parque abarcó un área inicial de 1600 metros cuadrados y en el interior del mismo se reservó un lugar para la construcción de la Iglesia (1692), que fue en sus inicios de tabla y guano, mejorado  en el siglo XVIII cuando se construyó de mampostería y teja. Desde sus orígenes el lugar fue el principal centro de animación cultural del territorio.

Además de la modesta iglesia, se construyeron las primeras viviendas bordeando la brecha abierta entre la maleza que se convertiría en la primera calle, hoy “Rolando Pardo”, conocida popularmente como Buenviaje y que en sus orígenes se llamó Principal o de los Crímenes.

No es hasta 1848 en que al parque se le adicionan los jardines y se pavimenta. En 1881 se le practica una reconstrucción total que incluyó la adición de cuatro canteros, cada uno con una estatua en el centro, representativas de las estaciones del año, los cuatro seborucos, guardacantones, que demarcaban la zona y evitaban la entrada de medios de carga o transporte, fueron sustituidos posteriormente por sendas cadenas.

Durante los años treinta y hasta el triunfo de la Revolución, el parque fue escenario de protestas y manifestaciones estudiantiles, obreras y de la población en sentido general, hasta el conocido Burro Perico portó carteles de protesta, inclusive escritos sobre su suave pelambre.

Por su significado histórico y actual, pleno de elementos culturales, sociales y políticos, el parque es sitio de obligada referencia de sus habitantes y de todo aquel que visite la ciudad.