Ovacionan a Argos Teatro en Festival Internacional Cervantino


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Puesto de pie, con una prolongada ovación entre la que se escuchaban exclamaciones de “¡Viva Cuba!”, el público asistente al céntrico teatro Principal de la ciudad mexicana de Guanajuato, premió la primera función de Argos Teatro en esa sala con la laureada obra 10 Millones, escrita y dirigida por el también prestigioso dramaturgo, académico y profesor, Carlos Celdrán, Premio Nacional de Teatro 2016.

Este jueves la pieza volvió a subir a las tablas del más antiguo coliseo de la capital del estado de Guanajuato —declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad—, como parte del programa artístico de la delegación de la Isla al 49 Festival Cervantino, ya en sus momentos finales.

Según su autor, la obra recrea “un texto escrito en distintos momentos a través de los años. Nació como diario personal hasta llegar a ser lo que es ahora, un material para la escena, un tejido de narraciones, diálogos, monólogos, donde se intenta lo más arriesgado en el teatro: partir de uno mismo para hablar a otros, a todos. Su escritura busca desesperadamente, a través de las distintas voces que articula, saber qué fuimos, de qué materiales estuvo hecha la mezcla que nos sostiene”.

A través de un extraordinario entretejido de diálogos en los que trascienden emociones y sentimientos muy personales,  10 Millones introduce al espectador en significativos momentos de la sociedad cubana, para devenir, tal ha dicho Celdrán, “relato sobre el olvido, sobre la memoria desperdiciada de lo que fuimos y que ya no entendemos. Los otros muchos que éramos y que luego enterramos para sobrevivir…”.

De una narrativa precisa, diáfana y enjundiosa, el autor se introduce —y los actores logran transpolar ese pensamiento creativo en la puesta en escena— en una época difícil  de la vida insular,  que trasciende a la contemporaneidad para instar a la reflexión sobre cuestiones que tienen que ver con asuntos inherentes a problemas existenciales, emociones, dichas  y desventuras, muchos de los cuales  perduran en nuestros días.

Reseña del espectáculo publicada en el periódico El Sol de Irapuato

“El Teatro Principal fue el lugar ideal para que el propio Carlos Celdrán aborde su propia historia bajo el interesante y complicado ejercicio de tomar distancia sobre los afectos y los hechos que lo fueron marcando lo que él vivió durante una parte del divorcio de sus padres y su tajante división, que más allá de la discordia personal se funda en posiciones encontradas sobre su pertenencia en la isla durante el movimiento revolucionario como una fuerza conjunta que provoca evidentes tensiones y resistencias que arrojan al joven hijo a una deriva de obligaciones y creencias”, expresa el colega Dylan René, en una reseña sobre el espectáculo publicada por el periódico El Sol de Irapuato bajo el título de Argos Teatro llena de asombro y reflexión al Teatro Principal en el Cervantino.

El Teatro Principal de Guanajuato, una de las más importantes sedes del Cervantino, fue construido con un estilo neoclásico e inaugurado en el año 1788 bajo el nombre de Corral de Comedias, con el fin de ofrecerle entretenimiento a los habitantes de la ciudad que en aquella época era un importante centro minero. A principios del Siglo XIX, se le consideraba uno de los mejores teatros de todo México. Fue remodelado en dos ocasiones, en 1826 y 1831, respectivamente; hasta que debido a la falta de mantenimiento se deterioró totalmente y fue cerrado.

Después de la Revolución Mexicana, fue convertido en cine, pero un incendio en 1921, provocó, una vez más, su clausura hasta la década de 1950, cuando comenzaron las labores de reconstrucción total del coliseo, el cual fue reinaugurado el 16 de septiembre de 1955 y modernizado con elementos arquitectónicos art déco. Actualmente es administrado por la Universidad de Guanajuato y utilizado para albergar diferentes tipos de eventos culturales, especialmente obras de teatro y danza contemporánea.

Interpretada por un elenco de lujo

En el éxito de la exposición de esta dramaturgia, Premio Villanueva de la Crítica y considerada por algunos especialistas entre lo mejor escrito en la historia del teatro cubano, sobresale un elenco “de culto”, que imprime realismo y fuerza a cada uno de los personajes, amén de una encomiable dirección artística a cargo del propio Celdrán, quien además asumió el diseño escenográfico, caracterizado por la expresividad y síntesis de los recursos utilizados y de los que se valen los actores para apoyar sus parlamentos que son percibidos por el público como si se tratase de espontáneos gestos personales.

El papel del joven (Él) fue una vez más representado con sobresaliente histrionismo y elevado nivel profesional por Daniel Romero, acreedor del Premio al Mejor Actor Visitante de la Hispanic Organization of Latin Actors (HOLA) durante las dos funciones de la compañía con esta obra  en el Repertorio Español de Nueva York; acompañado del magistral desempeño de Maridelmis Marín (Madre),  

Caleb Casas (Padre), Premio Caricato de Actuación; y Waldo Franco (El autor); dinámicas entregas sobre las tablas del teatro Principal que la concurrencia premió con prolongados aplausos.

La pieza, que igualmente representó a Cuba, con total éxito,  en el Festival Encuentro de Las Américas, en Los Ángeles, y en el Miami-Dade County Auditorium, en la Florida,  según Celdrán nació como “una necesidad de escribir sobre mis padres, mi relación con ellos, mi infancia, las paradojas que viví, nuestra historia y nuestra familia en esos años de mi vida”, situándola en los complejos y difíciles contextos de finales de los años 60, y la siguiente década, del pasado siglo cuando el pueblo cubano se encontraba inmerso en la ardua contienda azucarera conocida como La Zafra de los Diez Millones.

También integró la delegación artística cubana, al festival Artes de Cuba: De la Isla para el Mundo, realizado en el año 2018 en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, en Washington, Estados Unidos.  

Fue estrenada en el XX aniversario de la fundación de Argos Teatro

Esta monumental dramaturgia del prestigioso teatrista cubano fue estrenada, con abrumadores éxitos de taquilla y de crítica, en el año 2016 en ocasión de las dos décadas de fundado el grupo Argos Teatro; el cual, luego de ganar con ella sonadas palmas durante el tiempo en que se mantuvo en cartelera en su sede capitalina (Ayestarán y 20 de Mayo, Cerro).

Igualmente, dejó su impronta en el Festival de Teatro de Camagüey, donde asistió acreditada con los premios anuales Villanueva, de la Crítica —de los cuales la compañía ya ha recibido más de 20—, y Caricato de Actuación; trofeo que otorga la Asociación de Artistas Escénicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y del que ese colectivo ha obtenido alrededor de diez en diferentes categorías.

Argos Teatro fue fundado por Carlos Celdrán en 1996 y desde entonces esta compañía se ha caracterizado como un laboratorio permanente para actores en la búsqueda de un lenguaje común. “La mezcla de técnicas y metodologías, siempre con el actor en primer plano, ha permitido que nuestro teatro tenga un sello reconocible por el público y la crítica”, expresó el prolífico director.

Este prestigioso grupo ha llevado a escena, además, numerosas obras de autores clásicos y contemporáneos, tales como La Tríada o La Pequeña Orestíada, basado en La Orestíada, de Esquilo, y Las Moscas de Jean Paul Sartre; Baal y El Alma Buena de Se-Chuan, ambas de Bertolt Brecht; La Vida es Sueño, de Calderón de la Barca; La Señorita Julia, de August Strindberg; Roberto Zucco, de Bernard-Marie Koltès; Vida y Muerte de Pier Paolo Pasolini, de Michel Azama; y Stockman, Un Enemigo del Pueblo, de Henrik Ibsen.

Además, Chamaco, de Abel González Melo; Fango, de María Irene Fornés; Abalon, One Nite in Bangkok, de Fritz Kater; Final de Partida, de Samuel Beckett; Reino Dividido, de Amado del Pino; Talco, de Abel González Melo; Aire Frío, de Virgilio Piñera; Fíchenla si pueden, versión de Carlos Celdrán, a partir de La Ramera Respetuosa, de Jean-Paul Sartre; El Tío Vania, de Antón Chéjov; y Mecánica y Protocolo, ambas de Abel González Melo.

Su más reciente producción, Hierro, escrita y dirigida por el director de Argos Teatro, está recreada en la figura del Héroe Nacional de Cuba. Sobre su estreno, el reconocido crítico, teatrista, ensayista y profesor cubano dijo: “Hierro es continuidad de la infinita reverberación de José Martí en el arte cubano. Asistimos en el espectáculo al martirologio de este ser excepcional, cuyo fino espíritu, ahora más vívido y cercano gracias al teatro, crece ante nuestros ojos, así como se comprenden mejor su entrega y sus ideas, mientras estas saltan al presente. Hierro es un núcleo poderoso, una piedra volcánica de donde Carlos Celdrán extrae a Martí y lo revive”.

Argos Teatro ha participado en diferentes festivales de teatro en México, Brasil, República Dominicana, Estados Unidos y Cuba; países en los que ha realizado exitosas giras, extendidas además a otras naciones como Venezuela, Colombia, Alemania y España.

Su director es una de las más relevantes figuras del teatro insular, acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional en el año 2000, y ha sido profesor del Instituto Superior de Arte durante más 20 años, y del Instituto Superior de Danza Alicia Alonso, de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, España. Actualmente co-dirige la Maestría de dirección en el Instituto Superior de Arte y es Presidente del Comité Cubano del Instituto Internacional de Teatro (ITI).


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