La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, más conocida por sus siglas en inglés, UNESCO, cumple 70 años de fundada.

La UNESCO forma parte del Sistema de las Naciones Unidas creado al término de la Segunda Guerra Mundial. El objetivo principal de las Naciones Unidas era crear un ordenamiento de las relaciones internacionales capaz de impedir nuevas conflagraciones como la que acababa de vivir el mundo, especialmente en Europa, Asia y el norte de África. La paz mundial era el propósito fundamental de sus promotores.

Dentro de esa lucha por la paz surgió la UNESCO. En su texto fundacional se dice que puesto que la guerra surge en la mente de los hombres, es ahí donde hay que dar la batalla por la paz mediante la educación, la ciencia y la cultura. Por definición, el campo de batalla de la UNESCO es el de las ideas. Quizás esta afirmación pueda parecer a algunos como excesivamente idealista. Pero lo cierto es que, sin desconocer la importancia que en la formación de las ideas tiene la base económico-social, son estas las que mueven el accionar humano en una dirección u otra. Así pues, la educación y el control de la mente para actuar a favor de la paz y el bienestar de los seres humanos —que la UNESCO tiene como objetivos— es misión de la mayor importancia, nobleza y dignidad.

El pensamiento de José Martí de que una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército, o que una verdad dicha a tiempo puede detener a un escuadrón de acorazados, tiene mucho que ver como antecedentes de la organización a la que nos referimos. No por gusto entre las primeras acciones del gobierno revolucionario cubano estuvo la creación de la Imprenta Nacional, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, la Casa de las Américas, la Campaña Nacional de Alfabetización, y en la década de los años noventa del siglo pasado, cuando todo nuestro entorno político, económico y social se derrumbaba, el líder de la Revolución advirtió y orientó que lo primero que debíamos salvar era nuestra cultura, que es la expresión de nuestra nacionalidad.

Cuba siempre concedió la mayor importancia al trabajo de la UNESCO y nuestra participación en esta instancia. Recordemos que la primera Oficina Regional creada por la UNESCO, fuera de su sede en París, fue la de La Habana. Seguramente, este 70 cumpleaños será celebrado en nuestro país de diferentes maneras.

Existe en Cuba una Comisión Nacional Cubana para la UNESCO que posee una larga historia de trabajo, y los organismos cubanos que tienen que ver su actividad, mantienen muy buenas relaciones con dicha institución.

Cuba cuenta con una Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO en la persona de Alicia Alonso y con un buen número de Escuelas Asociadas a este organismo internacional.

Tenemos ciudades y sitios declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y tradiciones como La Tumba Francesa, reconocida como Patrimonio Intangible de la Humanidad.

Al método de alfabetización “Yo sí puedo” le fue concedido el Premio Rey Sejong, y a la Casa de las Américas el Premio Simón Bolívar que otorga la UNESCO; que también apoya el Programa Mundial de Solidaridad José Martí para la difusión de la vida y la obra de nuestro Apóstol y auspicia los premios internacionales José Martí y Carlos J. Finlay.

Lo mencionado es apenas una muestra, junto a varias zonas protegidas consideradas reservas de la biosfera, de la presencia cubana en la UNESCO y de esta en Cuba.

Saludemos este aniversario de tan necesaria institución y deseémosle éxitos y larga vida.