La Cueva de Bellamar y su sistema mayor: Monumento Nacional


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Muy conocida por la población cubana y tan solo a poco más de 100 km de la Capital, se encuentra la famosa Cueva de Bellamar cuyos salones y galerías se presentan con un desarrollo total y sobrepasan los 3000 metros de longitud. En junio de 1989 fue aprobada, por primera vez, por la Comisión Nacional de Monumentos como monumento nacional de Cuba. 

Estudios y descubrimientos posteriores harían que siete años más tarde se reconociera la existencia de un gran sistema, el de la Cueva de Bellamar y el sistema subterráneo de Bellamar, que serían integrados como un todo.  

Todo lo cual estuvo acuñado entonces por el presidente de dicha Comisión, el Dr. Antonio Núñez Jiménez, y por su secretaria ejecutiva, la Dra. Marta Arjona Pérez. Esta última, no solo ostentaría la presidencia del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, sino que posteriormente la de la propia Comisión Nacional de Monumentos. Sin dudas, personalidades del mayor lujo intelectual de Cuba,que fundaron, estructuraron y desarrollaron lo que es hoy el sistema de patrimonio natural y cultural cubano.

Tal es así, que, por los méritos en el estudio de la naturaleza cubana, en especial su geografía y su espeleología, al Dr. Núñez Jiménez se le ha llamadoel Cuarto Descubridor de Cuba. 

Sobre el origen de estas cuevas se narra que los estudios realizados indican que las galerías y pasadizos comenzaron a formarse hace unos 300 mil años aproximadamente. Según los estudiosos, la planicie en la cual está el sistema, se encontraba originalmente bajo el mar, formando parte de la bahía de Matanzas. 

A lo largo de la llamada Falla de Bellamar el agua subterránea, en combinación con el dióxido de carbón, fue disolviendo la roca calcárea y de esta forma fue creando cámaras subterráneas en el subsuelo; bajo el fondo marino.

Hoy la cueva se abre en la roca margosa formada principalmente por el depósito de corales y otros restos marinos de aquel mar poco profundo, cuya edad se calcula en unos 25 millones de años. 

Mientras permanecieron bajo el nivel del mar, estas cavernas estuvieron llenas de agua. Los movimientos tectónicos hicieron que la zona se elevara, hasta llegar a formar las terrazas marinas que se notan en laciudad de Matanzas y sus alrededores.

Con el decursar del tiempo estas cavernas se fueron secando; desaguándose y algunas cavidades que estaban a gran profundidad bajo el nivel del mar comenzaron a tener lugar filtraciones entre las rocas, y las aguas con carbonato de cal disuelto fueron dejando residuos al gotear, las estalactitas y las estalagmitas.

Este sistema cavernario, según señalan los expertos, presenta miles de variadas formaciones que, dada sus características especiales, son muy difíciles de encontrar en otros sitios. Esta rareza se considera consecuencia de las excepcionales condiciones ecológicas ya explicadas. Incluso algunos de sus cristales son considerados entre los más notables del mundo. Son trascendentes también los hallazgos de fósiles del pleistoceno en sus galerías.

Al apreciar sus paisajes subterráneos, asombra el trabajo laborioso de las aguas que durante siglos fueron creando un verdadero encaje pétreo. En este escenario se conjugan el arte, la belleza, la armonía y el perfecto equilibrio de la naturaleza.

Es que en el desarrollo de esta última se da, como una especie de matriz de singularidades caóticas y aleatorias, una creación que hace casi imposible que sean ni reproducibles, ni previsibles por las matemáticas más elevadas.

Posteriores estudios han encontrado que esta espelunca forma parte de un enorme sistema subterráneo que tiene más de veinte kilómetros de largo, formado esencialmente por las Cuevas de Bellamar, del Gato Jíbaro y del Jarrito, ubicado en la más alta terraza marina emergida, situada al sur de la Bahía de Matanzas. La inclusión de esta mayor extensión que considera la cueva de Bellamar y el sistema subterráneo de Bellamar, fue aprobada por la Comisión pertinente en 1996.

Este sistema cavernario está lleno de anécdotas,delicadas formas y misteriosas desapariciones:

Entre las anécdotas se narra la del mismísimo y casual descubrimiento por un trabajador de origen chino en la llamada finca "La Alcancía", hasta la desaparición de una mujer extranjera.

Se cuenta entonces que la Cueva de Bellamar fue descubiertas en 1861 cuando un esclavo perdió su barreta abriendo un hueco en el suelo, tratando de remover una roca de cal. El esclavo y el mayoral imaginaron que la tierra se había tragado la barreta.

Don Manuel Santos Parga, dueño de la finca, pidió explicaciones y al no recibir respuestas se dirigió al lugar de los hechos, ordenó que se cavara allí; y apenas se había abierto un espacio de poco más de una vara, salió por el agujero practicado una gran corriente de aire repugnante de olor; caliente y como humoso; entonces quedó así al descubierto la entrada de la cueva.

De sus bellas estalactitas y estalagmitas hay miles de formas; entre ellas el gran manto de Colón, enorme columna formada gota a gota por la paciente e incansable naturaleza, que semeja, por su forma, al manto que usara el Almirante en su encuentro con este mundo, al que se le llamó “nuevo” para los europeos. 

A la entrada de la gruta se puede apreciar un enorme espacio de gran altura, que semeja el estilo gótico, de ahí el nombre de Salón Gótico. Una larga y húmedaescalera desciende para llevar a los visitantes a disfrutar de sus otras galerías. Precisamente, en unode estos espacios se observa un estrechamiento que se antoja como el de una garganta, a la que se le llamó la Garganta del Tigre; también. 

En otras de sus galerías se encuentra una charca que, aunque de muy poca profundidad, invita al remojo, si no fuera porque no está autorizado. Es común desearlo por el sudor pegajoso y la alta humedad bajo tierra. A este lugar se le llama el Baño de la Americana, porque según se cuenta… allí se produjo su misteriosa desaparición.

Las propias hermosas y delicadas helictitas,  esos hilos que parecen cristal, creciendo en mayor o menor medida de forma horizontal; o el salón de las esponjas, estructuras de encajes masivos oblongos, formados a partir de los minerales arrastrados y disueltos por el agua, que proyectan formas semejantes a los verdaderos metazoos, primitivos organismos pluricelulares; a ello se le suman las espectaculares flores sumergidas, haciendo la naturaleza realidad lo que parecería imposible de alcanzar bajo el agua, y así, a cada paso, descubriendo lo ignoto y provocando la mente al asombro y al ansia del descubrimiento. 

Cuántas cosas más están a la espera de ser descubiertas en esa veintena de kilómetros, muchos aun por estudiar y con lugares peligrosos para la exploración, incluso para aquellos más experimentados.

Cuando uno ve estas cosas y descubre o redescubre tanta belleza nuestra, uno piensa con sano orgullo y sin pueriles chovinismos…, y recuerda la canción que dice ¡Cuba, que linda es Cuba…!

Fuentes principales.

• Monumentos Nacionales de Cuba. Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. Ministerio de Cultura. 151p.

• Resolución No. 62 La Cueva de Bellamar, 1989.

• Resolución Resolución No 140 (addemdum a la Resolución No. 62) Cueva de 

Bellamar, 1996.

• Núñez Jiménez, A. (1998), Hacia una Cultura de la Naturaleza. Fundación de la Naturaleza y el Hombre. 576p

• Núñez Jiménez, A. (2017), Cuba subterránea. Fundación de la Naturaleza y el Hombre. 328p.

• Ecured


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