Aterrizar, creo que es la mejor forma que hallo para decir que Horacio “El Negro” Hernández llegó con su característica sonrisa al Coloquio Internacional de Jazz que se realiza por estos días de Jazz Plaza. Eran varios los motivos que le llevaron ahí: presentar su más reciente álbum Horacio “El Negro” Hernández e Italuba Big Band —producción de la Casa discográfica Bis Music— y regalar una clase magistral, siempre acompañado de su fascinante drums/nave espacial verde.

Antes de presentar formalmente el DVD se estrenaron dos de los tracks que lo integran, Last Minute y Puerto Rico, y ya el público se quedó con esa sonoridad durante toda la tarde.

La presentación del álbum fue de la mano del propio Negro Hernández; Joaquín Betancourt, que se integró con su joven Jazz Band; Mayra María García, productora de Bis Music; Enrique Carballea, quien comparte con El Negro la idea original del DVD y Marianela Santos, gerente de Marketing de la casa discográfica y editora musical.

Con Italuba Big Band, El Negro ya tiene grabados dos álbumes y este sería su tercera producción. Él mismo confiesa que es tal la complicidad, que han “llegado al punto en que la música nos toca a nosotros, en vez de nosotros a ella.”

Bien me han dicho, ¡la buena comida se come en casa!, y es que así sucedió con la grabación del DVD y la calidad de los músicos del patio. El Negro reveló quedarse maravillado con el calibre de los veinteañeros integrantes de la Jazz Band de Joaquín Betancourt, que el ser jóvenes nos les resta talento.

Se le conoce al Negro por su risa, su desenfado y ese drums verde/nave espacial, pero la humildad es una cualidad que lo distingue. Al escuchar los temas promocionales queda claro que su mayor interés es hacer buena música y que tanto sus invitados como la Jazz Band de Joaquín Betancourt brillen.

Entre los invitados están los Vizcaíno, Roberto y su hijo Tato, defendiendo la percusión desde las pailas y las congas de forma magistral. ¡De tal palo, tal astilla! En la cuerda de metales están César López, Miyares y Eduardo Sandoval. Además el guitarrista Héctor Quintana que, a decir del Negro, resultó ser todo un descubrimiento.

Simple, es una descarga de jazz entre amigos y la energía positiva de los temas hace que el público se sienta abducido, tal vez por el buen jazz, o por “el estilo del Negro”, o la batería verde/nave espacial, porque su forma de hacer el jazz no es de este planeta (y hasta parece marciano).

Y es precisamente así como inició su clase magistral, con una versión muy suya de Los marcianos llegaron ya.