Díaz- Canel en Congreso de la Uneac: “No vamos a limitar la creación”


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“No vamos a limitar la creación, los límites comienzan cuando se irrespetan los símbolos y valores sagrados de la Patria”, aseguró Miguel Díaz- Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, durante la clausura del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con sede en el Palacio de Convenciones de esta capital.

El mandatario cubano reconoció que los temas tratados en el Congreso suelen ser el día a día de los cubanos, pues “no sabríamos vivir sin acceso a las artes”. Al tiempo alegó que de conjunto con el Comité Organizador del evento se ha tratado de buscar en lo posible soluciones a las preocupaciones emanadas del proceso.

“No puedo separar el sentido de plenitud de un disfrute estético determinado, y si es cultura cubana el goce se multiplica. Un país bloqueado, acribillado mediáticamente no se ha conformado con resistir y sobrevivir. Somos una revolución que ha sido cantada y contada desde sus inicios”, disertó Díaz- Canel al hacer referencia a la contribución de los artistas al proceso cubano. “Intelectuales, artistas y creadores nos acompañarán siempre, para que este territorio sea reconocido siempre por su cultura”.

Sobre el discurso “Palabras a los intelectuales”, de Fidel Castro, el presidente consideró que el deber es ser conscientes de que es un documento para todos los tiempos, que rige la política cultural. “Tenemos el deber de traer su concepto hacia nuestros días, evaluar su vigencia en los nuevos escenarios”, dijo. Agregó que hay que hacer lecturas nuevas a las palabras de Fidel, enriquecerla, fortalecerla y que así crezca la política cultural.

“Hay que ser auténticos y dejar de vender shows enlatados, Cuba es una potencia cultural”. Díaz- Canel agregó que el sistema de escuelas de artes en la Isla tiene una fuente de explotación por servicios que puede ser utilizada aún más. En esa misma línea exhortó a la Uneac a hacer fuerza en la proyección internacional de la cultura.

“Hay mucho que trabajar y ustedes tienen la fuerza y el conocimiento para hacerlo. (…) Todas las instituciones culturales existen para y por los creadores y sus obras, no a la inversa (…) El burocratismo afecta la creación”. Alentó a hacer más proactiva la organización en sus bases.

Para el mandatario cubano la cultura puede y debe contribuir al producto interno bruto (PIB) y para ser viable este proceso existen las instituciones. “Los artistas deben pagar sus impuestos, pero no deben de abonar a las empresas si estas no tienen nada que ver con sus contratos de trabajo, con su promoción o amparo jurídico. Ese parasitismo favorece la corrupción y enmascara el incumplimiento de la función de representación y búsqueda de oportunidades del creador y su obra”, aseguró el presidente cubano.

Este domingo concluyó un proceso de poco más de un año donde se analizó a fondo la organización que rige un sector que transversaliza a la sociedad, los intelectuales y artistas. En la cita fue electo Luis Morlote Rivas como presidente nacional.

Fueron elegidos como miembros de honor del Consejo Nacional de la Uneac: Alicia Alonso, Leo Brower, Alfredo Diez Nieto, Ambrosio Fornet, César López, Eusebio Leal, Jesús (Chucho) Váldes, Graziella Pogolotti, Martha Rojas, Omara Portuondo, Pablo Milanés, Roberto Fernández Retamar, Rogelio Martínez Furé, Rosita Fornés, María Teresa Linares, Fina García Marruz, Silvio Rodríguez, Nancy Morejón, Jesús Ortega, Verónica Lynn, Pedro de Oraá, Jesús (Chucho) Cabrera y Miguel Barnet.

Como presidentes de las asociaciones fueron seleccionados Alberto Marrero (Escritores), Lesbia VentDumois (Artes Plásticas), Orlando Vistel (Músicos), Lourdes de los Santos (Realizadores de Cine radio y televisión) y Francisco González López (Artistas Escénicos).

Guido López Gavilán y Cira Romero García fueron electos como secretarios de la organización. Corina Mestre, Magda Resik y Pedro de la Hoz son los nuevos vicepresidentes, y Martha Bonet de la Cruz, vicepresidenta primera.

Luis Morlote, quien fungía como vicepresidente de la Uneac, habló de los retos que tiene la organización y del proceso pos-congreso, que debe hacerse con sentido de pertenencia y con profundidad, a partir de los debates emanados en todas las etapas del Congreso. Casi 8 mil artistas participaron en los diferentes momentos, aportando sus criterios y opiniones. Habló además del compromiso de los nuevos miembros de la directiva nacional con tratar de buscar caminos y respuestas a los problemas.

A finales de julio se reunirán con Díaz- Canel para debatir temas puntuales referentes a la Uneac. “El ejercicio democrático que lleva a cabo el gobierno podrá contar con la Uneac, para construir ese proyecto de país que se quiere en los momentos actuales”, aseguró el nuevo presidente, a la vez que agradeció la confianza depositada en ellos.

A petición de Luis Morlote, fue declarado Miguel Barnet como Presidente de Honor de la Uneac, por su compromiso, quehacer y entrega a la organización… “por tener una obra más grande que el Turquino”. El pintor José Villa Soberón entregó a Barnet una obra de su autoría.

Asimismo, la Uneac regaló obras de artistas plásticos de la Mayor de las Antillas a Raúl Castro Ruz, primer secretario del Partido Comunista de Cuba y a Díaz- Canel, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

ACUERDOS DE LAS COMISIONES DE TRABAJO 

Durante la jornada de este sábado los delegados al IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba debatieron en seis comisiones de trabajo temas referentes a la creación artística y su relación con las instituciones; la proyección social de la cultura; medios y redes sociales; turismo y mercado; enseñanza artística y relación con los jóvenes creadores. La última comisión debatió los estatutos que regirán el trabajo de la Uneac en lo adelante.

En la Comisión I: “Creación artística y relación con las instituciones”, se debatió sobre la necesidad de una mayor incidencia en el vínculo de las jerarquías artísticas y literarias con el trabajo y los propósitos que le han encargado al sistema institucional de la cultura.

Se reconoció que, sin el apoyo estatal, el auténtico creador del arte y la literatura quedaría expuesto sin protección a normas mercantiles de oferta y demanda. No obstante, no es el mercado del arte el que determina las jerarquías artísticas y literarias. Además, se habló de la importancia de establecer la programación cultural como uno de los ejes centrales para la jerarquización cultural, y que el fortalecimiento de la institucionalidad debe ser la batalla fundamental para evitar el intrusismo profesional y la manipulación de los principios de la Revolución.

El texto resumen del trabajo de la comisión exhorta a que sea mayor la participación de los creadores en la elaboración de estrategias y toma de decisiones vinculadas a la circulación y promoción del acto creativo.

En la Comisión II, “Proyección social de la cultura”, los delegados apoyaron la idea de que la política cultural es una sola, y que es necesario “velar por la calidad de las presentaciones artísticas tanto las que se generan en las instituciones estatales como en aquellas gestionadas por el sector no estatal”.

Los análisis concordaron en que la programación cultural no puede ser fruto de la inercia y la espontaneidad. “Tiene que ser un ejercicio de pensamiento colectivo que articule criterios de los responsables de las instituciones y de los creadores, y tome en cuenta las exigencias y las demandas de los públicos, sin que esto implique concesiones populistas que indefectiblemente apuntan a entronizar la mediocridad (…) La programación debe ser un instrumento de primerísimo orden para la formación de las audiencias y la ampliación de horizontes culturales”.

“Es imprescindible el diálogo con las autoridades encargadas de la protección del patrimonio y con las entidades que en el cumplimiento de sus misiones se relacionen con esos valores (…) Promover la toma de conciencia acerca de la pertinencia de vindicar la arquitectura como un ejercicio profesional eminentemente cultural, y entender la ciudad como un espacio de integración interdependiente de valores arquitectónicos, urbanísticos, sociales y culturales”.

La Comisión III, “Cultura, medios y redes sociales”, incluyó en su dictamen la necesidad de seguir trabajando en la estrategia país para la preservación de la memoria histórica con una visión integradora de todas las entidades y organismos que atesoran el patrimonio sonoro, audiovisual e impreso.

Las redes sociales y el lenguaje de internet, con su impacto actual en nuestra sociedad, deben formar parte de la agenda de trabajo de la Uneac como asunto de gran relevancia, para lo cual deberá trazarse una política en corto plazo, señala el documento, que destaca, además, la necesidad de priorizar en las agendas académicas la formación de guionistas para la radio, la televisión y el cine, y de estimular todas las iniciativas que impulsen el dramatizado, un género deficitario hoy en el escenario mediático.

“Debe tomarse en cuenta, cada vez más, la necesidad de estimular la creación destinada a los públicos específicos, especialmente el infantil y juvenil, y a temáticas de gran impacto social como las de género, racialidad, participación y ejercicio del criterio.

En la Comisión IV, “Cultura, turismo y mercado”, potenció el vínculo entre cultura y turismo, pero en una dinámica en la que debe primar la salvaguarda de la cultura y la identidad cubanas.

“Nos hemos pronunciado acerca de la necesidad impostergable de realizar una proyección que muestre lo mejor y más representativo de nuestro arte en sus más variadas manifestaciones y en sus múltiples escenarios, tanto dentro como fuera de Cuba. Al turismo no es preciso ofrecerle espectáculos diferenciados. De lo que se trata es de entregarle al visitante, sin cursilerías, nuestra cultura en su estado más orgánico y natural en cualquiera de los espacios que utilicemos”, cita el texto resumen.

Se habló también de la cadena de impagos a artistas y el intrusismo profesional en el ejercicio de las actividades, que tiene una efectiva contraparte en el Decreto 349, herramienta eficaz contra las malas prácticas artísticas en cualquiera de sus expresiones, no solo las de carácter musical.

“La dinámica cultural transita por un ciclo que abarca desde el proceso productivo hasta la venta y socialización de cualquier obra en sus más variados soportes, desde el papel hasta lo que se escucha en un escenario, de modo que estamos no solo urgidos, sino obligados a revertir todo lo que constituyan malas prácticas en cualquier esfera cultural”.

Los delegados insistieron en lograr una sistemática y efectiva promoción de la producción cultural; la “inexplicable demora de la Ley de Derecho de Autor”, y el papel más activo que deben jugar agencias como la de Autores Musicales y la Agencia Literaria Latinoamericana.

La Comisión V, “Enseñanza artística y relación con los jóvenes creadores” enfatizó que la formación artística cubana no puede subordinarse a las contingencias ni banalizarse en medio de la difícil situación que afronta el país, y debe constituirse ella misma en la expresión más genuina de la identidad, tradición y valores culturales.

Se destacó también la necesidad de elevar el respeto al magisterio, elevar la calidad de los claustros y reorganizar el Consejo Técnico Asesor de las escuelas de nivel medio y las comisiones de carrera en el nivel superior, así como garantizar el funcionamiento de los grupos de expertos.

Además, señalaron que “los jóvenes tienen que convertirse en una de nuestras prioridades, no solo a nivel social sino en la Uneac, donde han comenzado a establecerse alianzas con la Asociación de Hermanos Saíz para la planeación de acciones comunes”.

EN LAS VOCES DE LOS DELEGADOS

Graziella Pogolotti fue la primera intelectual en tomar la palabra durante la sesión de clausura del IX Congreso de la Uneac. Exhortó durante su intervención a reconstruir la narrativa histórica, que implica también descifrar los procesos económicos de la sociedad, “todo aquello que hemos hecho y que nos queda por hacer”.

La intelectual cubana aseguró que no podemos minimizar lo que somos, ni lo que hemos hecho, ni lo que nos queda por hacer. “Nos queda mantenernos fieles al papel de la Revolución cubana en la formación del pensamiento de izquierda en América Latina. Lograr, además, la articulación entre creación artística y sociedad; ese es el lineamiento irrenunciable de las Palabras a los Intelectuales”, dijo.

Por su parte, Rolando Pérez Betancourt llamó a combatir con inteligencia, porque si no, “el combate se puede revertir”. En este sentido afirmó: “Leer al enemigo cuesta trabajo, por las vulgaridades y elementos chatos que utiliza en su discurso para llegar a la población, pero si tenemos que ser conscientes de que esas ideas influyen en un grupo de personas en Cuba, donde la juventud está presente”.

Betancourt consideró que hay un segmento de la juventud que se deja engatusar fácilmente, y se impone a la Uneac crear planes que tengan que ver con la audiencia juvenil, para evitar este tipo de penetración. “La inteligencia se impone porque los escenarios son disimiles”, enfatizó.

También tomó la palabra Fátima Patterson. Para ella, es necesario que cuando los delegados regresen a sus territorios pongan en práctica todo lo discutido en los diferentes momentos del Congreso, con una mirada crítica hacia adentro para ver qué falta y qué falla. “Es el momento de rectificar, de tomar medidas, porque si no, no ganamos la batalla. La vía es hacer uniones entre las instituciones y la Uneac”.

Waldo Leyva propuso una idea que surgió en México, durante un intercambio cultural: hacer una Conferencia Internacional para la supervivencia del planeta, buscar la reunión de las mejores mentes del mundo y que Cuba puede ser la voz y la sede. “Tenemos que reflexionar que el problema es más grande, porque está en juego la vida del ser humano y del planeta”.

Como segundo punto habló de cómo la subcultura se ha ido metiendo en el país por la fanatización por lo extranjero, que ha ido minando la identidad cubana y cómo la única manera de combatirlo es estableciendo el diálogo con los jóvenes para erradicar ese cáncer que va creciendo.

En los temas referentes a la economía, Yoan Zamora, de Ciego de Ávila alertó cómo la batalla económica que lleva a cabo el país debe considerar a la cultura como epicentro del desarrollo; aunque, considera que las entidades comercializadoras corren el riesgo de caer, porque la cultura no puede convertirse en un rehén del mercado, bajo un concepto de rentabilidad, costos y utilidades. Roberto Franco Soler habló de los problemas en la comercialización y logística para la producción artística.

Rafael González, presidente de la Asociación Hermanos Saíz habló de la necesidad de potenciar el vínculo de los creadores con las instituciones de la cultura y aseguró que los jóvenes artistas que hay en Cuba están comprometidos con la Revolución y con la cultura.


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