Un valioso y utilísimo aporte a la historiografía nacional, latinoamericana y caribeña es la obra Mil criollos del siglo XIX. Breve Diccionario Biográfico, de César García del Pino, presentado y comercializado en la Feria Internacional del Libro de La Habana de este mismo año. Editado por el Centro de Estudios Martianos (La Habana, 2013, colección de Ediciones Especiales), está realizada en un formato cómodo, que facilita al lector o la lectora la rápida consulta de sus 299 páginas, donde se encuentran las minibiografías en orden alfabético, desde A hasta Z.   

Las mil entradas acerca de personas criollas, en su gran mayoría nacidas en alguna parte de la Isla de Cuba y/o residentes en esta última, poseen una más o menos notoria trayectoria vital. Los principales datos biográficos del personaje —en su mayoría hombres, las mujeres son escasas, aunque significativas todas— se presentan resumidamente, en un lenguaje  sencillo y, a veces, se complementan los datos con un esclarecedor comentario de este sabio autor.

García del Pino —La Habana, 1921—, en la actualidad es considerado el “decano” de los historiadores en Cuba; es doctor en Ciencias Históricas y miembro de número de la Academia de la Historia de Cuba. En su larga vida ha sido un estudioso infatigable: Diplomacia y Filosofía y Letras fueron cursadas y aprobadas por él en la Universidad de La Habana; sin embargo, la Historia y la Arqueología han sido sus preferidas durante su activo tránsito por la Sociedad Espeleológica de Cuba. Todavía, a los 93 años, plenos de entusiasmo y lucidez, trabaja como especialista en el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Asimismo, es larga la lista de sus artículos y libros, en que nos traslada los resultados científicos de sus múltiples investigaciones realizadas personalmente, en variados archivos cubanos y españoles, junto a su esposa Alicia Melis Cappa (paleógrafa, delineante e ilustradora, según informa la nota inicial “De los editores”, p.7.) 

Prestigiosas casas editoriales cubanas, tales como Ciencias Sociales, Política, Imagen Contemporánea, Boloña, Carisub S. A., o foráneas: el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (México), la Fundación Portuaria (España), por mencionar solamente algunas, han tenido bajo su cuidado obras de este autor. Igualmente, en importantes revistas nacionales y extranjeras encontramos la huella culta de sus indagaciones.

Mil criollos… resalta dentro de una línea historiográfica que busca rescatar e identificar, adecuadamente, al sujeto histórico que de alguna forma, como individuo o como parte de un grupo social (familia o parentela, asociación política, militar, religiosa o civil, etc.), piensa y/o lleva a cabo los hechos históricos de una época, en este caso del siglo XIX cubano. Los procesos históricos, de los cuales son parte esencial sus protagonistas humanos, se entrecruzan e interactúan entre sí dinámicamente, y de esa forma se enriquece el tejido social y la historia que nos muestra García del Pino.

En la “Advertencia” inicial el autor se refiere a sus propósitos contraponiéndolos críticamente a trabajos similares precedentes sobre el siglo XIX, que considera “el más tergiversado por nuestra historiografía burguesa, la que contempló a sus personajes de acuerdo con sus intereses de clase y la politiquería al uso”, y enuncia la particularidad de su visión: “Aquí se les enfoca a la luz de un prisma de objetividad histórica y juzgándolos por su posición ante los problemas concretos de su tiempo”.          

Además, expone los criterios generales sobre los cuales él construye la selección de personas históricas que reúne en este Breve Diccionario Biográfico, y cito:

No nos limitamos, por otra parte, a las grandes y conocidas figuras, sino que incluimos también a sus numerosos hombres humildes —en algunos casos Héroes Humildes, como los calificara Serafín Sánchez—, representantes de nuestras masas, que tantos sacrificios hicieran por Cuba. Ni nos limitamos tampoco a los nacidos en nuestra patria, que si estos aparecen, aunque hayan desenvuelto sus actividades en otras latitudes, también damos cabida a los hijos de nuestra América, criollos por naturaleza, que de un modo u otro estuvieron vinculados a nuestra historia.(García, p. 11)

Este esfuerzo del doctor García del Pino supera el de antiguos autores cubanos, por ejemplo el de Francisco Calcagno y su Diccionario biográfico cubano (Nueva York, 1878), cuya exhaustiva revisión forma parte del trabajo a que nos referimos. También, el autor resalta que la obra “es un corte de la sociedad cubana del siglo XIX, en la cual aparecen todas las actividades que enriquecen la vida de una sociedad: artes, letras, ciencias, etc., aunque por ser aquella centuria, eminentemente, un período de grandes luchas, predominan —como es natural— los revolucionarios”.    

Sin duda este “minidiccionario” será recibido con agradecimiento por los lectores y lectoras asiduos a la Historia de Cuba, y aún el aprecio será mucho mayor por parte de los profesores, estudiantes e investigadores de dicha disciplina.