Esther Aldaz, artista canaria invitada a la XIII Bienal de La Habana, intenta materializar la imagen que a nivel colectivo tienen los cubanos del Futuro. Para ello generó una serie de  formularios que presentó a 250 cubanos con una lista de palabras que construyó en España gracias a la colaboración de amigos y conocidos quienes le expresaron lo que era para ellos el futuro. "Es una lista bastante larga —nos cuenta— donde sin ser sinónimos hay de todo, como esperanza, incertidumbre, ilusión, miedo, expectativas. Y entonces lo que yo le pedí a la gente a la que alcancé con la encuesta en Cuba fue que eligieran una de esas palabras que para ellos fuese la más parecida al futuro. Luego pedía que me diesen las características visuales o sensoriales que tenía para ellos esa palabra. Por ejemplo que describieran si esa esperanza era grande o pequeña, de qué color, fluida o solida, áspera o suave."

Esas características que le han expresado los cubanos se van a reflejar en la instalación ¿De qué hablamos cuando hablamos de futuro?, la obra que Esther se empeña ahora en construir en la azotea del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales. Un espacio atractivo y paradójico, difícil por el sol, el aire y hasta la lluvia y donde quizás se pueda dañar o hasta destruir esa poética y vivencial obra hacia el futuro. 

"A mí me ha sorprendido como han salido palabras muy positivas —continúa narrando Esther. Ha salido esperanza por mayoría, luego sueño y alternativas. Como características que tienen esas palabras sobre todo me han dicho verde, azul, blanco, gris, luminosa e intensa. Por eso estoy usando además tonos plata porque es orgánica, natural, que es ordenada pero no tanto. Todas esas características son las que yo estoy intentando  reflejar en esta instalación que quiero que sea habitable porque también trato a las palabras como lugares donde uno pueda detenerse y habitar por un momento. A mí me interesan los lugares especiales, intermedios, imposibles o utópicos.

Tomar  el tiempo es siempre complicado. Agarrar el presente es lo más habitual que hace el arte pero agarrar el futuro, es ya digamos un disparate, una utopía total. Para esa locura cuento con los materiales que he encontrado aquí. O sea, ese futuro no se puede construir si no es partiendo de la realidad y del presente. Ahora mismo estamos en la cruzada de la producción. El proyecto tuvo su primera fase que fue la recopilación de datos, después la definición de las formas y ahora estamos encontrando los materiales y produciendo la pieza. Luego me gustaría llevar a cabo unas sesiones fotográficas con las gente que ha colaborado tanto con sus ideas como con sus manos como cualquier otro cubano que se quiera apuntar a participar en estas sesiones estando dentro de este espacio que han contribuido a imaginar y a construir."

—Desde esta experiencia en La Habana y un poco devolviéndote la pregunta entonces: ¿Con cuál palabra tu definirías el futuro desde Cuba? ¿Qué color ahora tendría tu palabra? 

"No quisiera responder porque en este caso yo lo que intento es ser un canal. Es cierto que si alguien me dice que la palabra es suave yo puedo elegir después si es suave como la seda, como el algodón o como un gato. Vale, pero quiero partir de lo que ustedes me dicen y no de la idea que yo pueda tener de eso pues entonces ya estaríamos hablando de otro proyecto. Y desde luego no es sencillo ni aquí ni en ningún otro lugar pero a mí me ha sorprendido lo fuerte que es la gente y como han salido ciertas palabras contrarias a  España donde se supone que tenemos las cosas más fáciles y sin embargo allá tendían mas a la incertidumbre, al miedo. No sé si es un poco loco o si forma parte del carácter pero La Batalla me imagino sería la palabra de aquí, ese seguir batallando."