Carlos Ettiel Gómez Abreu: El autor ha de abrazar su musa en danza apasionada…


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Carlos Ettiel (1) es un joven que ya deja de ser promesa para convertirse en realidad, como tantos otros que hoy en Cuba se afanan por escribir para una infancia cada vez menos comprometida con los libros y más entusiasta hacia los artilugios digitales. Sus primeros balbuceos los conoció su amigo y mentor José Manual Espino, quien en su taller de LIJ en la ciudad de Matanzas, es en buena medida el causante de una especie de afortunada eclosión de autores yumurinos que hoy podemos ver en editoriales, concursos y espacios donde se habla de libros para niños. Talentoso, inquieto, muy diferente de un libro a otro, es un joven autor que todavía se busca, pero en quien los niños encontrarán segura fuente de divertimento. De sus afanes y sueños, de sus inquietudes, una de las cuales es lo poco que ahora leen los niños cubanos, hablamos hoy para Cubarte.

¿Existe para ti una literatura infantil? ¿Una LITERATURA? o ¿Literatura para personas?

Los términos infantil y para niños se suelen utilizar como sinónimos, pero la literatura infantil para mí es la escrita por niños. Entonces la respuesta sería sí, existe. En cambio, si hablamos de una literatura escrita por adultos cuyo destinatario son los niños, o sea, para niños; mi respuesta sería no. En el sentido de que aun cuando un autor no se proponga este fin, puede que el niño se apropie de su obra, o lo contrario. La LITERATURA con mayúsculas parece algo abstracto, trascendente y supremo a lo que debemos aspirar: escribir por el acto en sí. Pero pienso que escribimos para personas, para que nos lean y se identifiquen o no con nuestras ideas e inspiraciones. No se escribe para niños: se siente, se escribe y ya; aunque según la forma, estilo, códigos pueda ser susceptible de apropiación por diferentes sectores, grupos etarios, etc. Que cada cual escoja. ¿Por qué hacer la distinción? ¿Quién define o delimita esto? En última instancia: el lector.

La literatura para niños es aquella de la cual el infante se apropia, porque de alguna manera le atrapa, aunque tal vez el autor no se propuso escribir para niños. Reflexionando al revés: ¿Debería pensar —como adulto que se identifica intensamente con la literatura llamada para niños— que no la escribieron para mí? Así como gusto de estas formas, a mi hija le atraen algunos libros que tal vez no se consideren escritos para su edad. No se hacen divisiones en otros casos. ¿Te imaginas?: literatura para mujeres, literatura para personas de la 3ra. edad, literatura para personas diferentemente capacitadas…

El autor ha de abrazar su musa en danza apasionada, entregarse libre al acto creativo de hacer literatura, sin pensar mucho en el destinatario de su obra. Este aparece por sí solo e independientemente al final de todo el proceso. Quizás deba o pueda haber cierta intención o no, pero el público lector es quien tiene la última palabra. ¿Se escribe para niños o los niños determinan qué quieren leer?

¿Qué piensas de la infancia?

La infancia es el período de vida desde el nacimiento hasta la pubertad. Eso dice el concepto, pero muchos de mayor edad nos sentimos infantes aún. Pienso que en la actualidad: la globalización, el vertiginoso desarrollo tecnológico, mediático y el consumo cultural están apresurando la infancia: el paso de niño a adulto. El niño de hoy por lo general no escucha música infantil ni se viste acorde a su edad ni se divierte con juegos tradicionales. El libro, la lectura, (imprescindibles para el desarrollo de la infancia) ¿tienen el protagonismo de antes? En esta etapa se define gran parte de lo que seremos. Es una época para aprender divirtiéndonos, para soñar despiertos, disfrutar, ser ingenuos, despreocupados y felices. La infancia es esperanza. Debemos hacer todo para que la infancia no se diluya o desvanezca.

En tu concepto, ¿los niñ@s leen hoy día más o menos que antes?

Los niños hoy día leen menos que antes, eso es seguro. Tal vez haya quien quiera tapar el sol con un dedo y decir lo contrario (o se lo crea de verdad porque en su entorno es así). Bueno… sí, los niños están leyendo: hipervínculos, historietas de videojuegos, menús y comandos de dispositivos electrónicos. Muy pocos leen un libro impreso ni siquiera digital. Soy asesor literario de mi municipio. En los talleres de apreciación literaria compruebo que los estudiantes leen poco. Muchos no se leen ni lo que está orientado en los planes de estudio de la escuela. En cada aula hay uno o dos que se acercan a la lectura espontáneamente. Las bibliotecas están llenas de buenos libros: falta motivación. Motivar es mi trabajo. Y da trabajo. Un grupo se entusiasma, pero no puedes llegar a todos y la competencia con otras formas de esparcimiento es dura. Luego del horario de clases los niños escogen divertirse con otra actividad donde no haya que pensar mucho, o nada. La mayoría no aprecia la literatura como algo divertido, un viaje de imaginación, una aventura reveladora; pues no ha recibido la orientación adecuada, el libro preciso en cada etapa, a fin de ir desarrollando destrezas y pasiones.

¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niñ@s?

El tono en las historias para niños puede tener variaciones según el estilo del autor. Pueden ser historias tiernas, románticas, de aventuras, de terror, irónicas, humorísticas, dramáticas… El escritor debe cuidar que el tono sea mesurado. No deben usarse palabras o mensajes inapropiados. El registro tendrá un nivel parejo a lo largo de la historia. Los temas difíciles se tratarán con prudencia y buen gusto (esto demuestra oficio y maestría del autor). En la poesía prefiero emplear: lirismo, belleza de la imagen y, a veces, humor. En la narrativa: lenguaje sugerente, significativo, íntimo. También humorismo, ironía, erotismo o temas románticos y situaciones dramáticas. En dependencia de la historia y el tema varía más o menos el tono, pero no debe perderse nunca de vista la sensibilidad y ternura especial de los jóvenes lectores.

¿Eres tú parecido a alguno de los personajes de tu obra?

Soy parecido a todos los personajes de mi obra en alguna medida. Unos son prácticamente autobiográficos, otros tienen al menos algún elemento de mi personalidad. Pueden ser: embriones dentro del vientre materno, niños alocados, abuelos guapetones, muchachas pícaras, padres conflictivos, animales distróficos, programas de computación, brujas, hechiceros, seres fantásticos… en todos hay mucho de mí, de personas cercanas o imaginación.

¿Cómo concibes idealmente a un autor para niñ@s?

Este autor ideal debe comunicar con honestidad; querer y respetar a los niños; tener en cuenta sus gustos, sentimientos e intereses. Pensar como ellos. Tratar de que disfruten y se identifiquen con el texto. Ser tierno y sensible. No querer enseñar ni dar lecciones explícitamente. No alardear de la forma, el lenguaje o las técnicas ni construir textos forzados. La magia de la palabra del autor ideal debe fluir desde su musa con emoción, gracia, naturalidad, capacidad de comunicación y creatividad.

¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?

Unos más que otros: Cervantes, Martí, Homero, Boccaccio, Bécquer, Neruda, Vallejo, Lorca, Antoine de Saint-Exupèry, Allan Poe, Los hermanos Grimm, Cortázar, García Márquez, Herminio Almendros, Dora Alonso, Onelio y Feijóo. José Manuel Espino, Enrique Pérez Díaz, Mildre Hernández, Sindo Pacheco, Eldys Baratutes, Enid e Ivette Vian, Nersys Felipe, Excilia Saldaña, Omar Felipe Mauri, Lidia Meriño, Nelson Simón y Emilio de Armas. (Seguro olvidé otros que también me influencian).

¿Cuáles fueron tus lecturas de niño?

La Edad de Oro, El cochero azul, El Principito, Oros viejos, Los Versos Sencillos, La noche, Akeké y la Jutía, Fábulas de Esopo, Había una vez, Mitos y Leyendas de la Antigua Grecia. El Quijote, La Ilíada, La Odisea, El Decamerón, Las Mil y una Noches. Poesía de José Martí, Mirta Aguirre, Gabriela Mistral, Nicolás Guillén, Eliseo Diego, Emilio Ballagas, Neruda…

¿Quién es tu héroe de ficción?

Cuasimodo.

¿Quién, tu villano?

Garfio.

¿Cómo te insertas dentro de la llamada Literatura Infantil Cubana?

En el caso de los poemarios: (Polvo de hadas, Reino de hechizos, Los caprichos del tiempo); son un canto al amor, la naturaleza, la vida cotidiana y la visión del niño a través de estructuras poéticas como décima, ovillejo, romance, sonetillo, soneto, rondel, verso libre… Persigo la belleza del lenguaje mediante la imagen sugerente y la búsqueda formal.

Mi narrativa: (Proyecto Mellizos, y otros textos inéditos); aborda temas actuales, conflictos de los niños, adolescentes y jóvenes. Recurre a la intertextualidad, el empleo de técnicas narrativas, la experimentación. Generalmente uso la ironía, el humor, el absurdo, las mudas del nivel de realidad y cambios del punto de vista del narrador. Me siento muy inspirado últimamente. Creo que (aun con influencia de varios autores) he ido formando mi estilo. Siempre trato de escribir un libro nuevo, diferente, que sorprenda, que no se parezca ni siquiera a mis textos anteriores.

¿Qué es lo que te enciende emocionalmente-creativamente?

La chispa puede venir de diversos mundos. Una buena lectura puede inspirarme. También algún suceso raro, gracioso, absurdo, relevante, perturbador… de la vida diaria. Incluso, cuando termino un proyecto que me dejó buen sabor, puede que escriba la saga o retome personajes en una nueva historia. El amor, la pasión o las decepciones suelen ser otro motivo.

¿Qué es lo que te desanima?

Me desanima cuando le recomiendo un libro a alguien y me dice: no tengo tiempo para eso, a mí no me gusta leer… y cosas por el estilo. Me desaniman las personas vacías, sin espiritualidad. A veces, los limitados planes editoriales que demoran las publicaciones. Antes me desanimaba la hoja en blanco, ya no. Hoy día mis ideas brotan, gracias a Dios; el problema es que lleguen a los demás y que se interesen en leerlas.

¿Qué atributos morales piensas que debe portar consigo un buen libro infantil?

Un buen libro infantil debe comunicar, ser honesto, no subestimar al niño, atrapar, entretener, divertir, ser bello en su diseño, tener dibujos hermosos y sugerentes que aporten o completen el sentido del texto. También ilustrar de diversas formas, puede llevar un mensaje educativo; pero no evidente, sino implícito. Puestos a pedir, debería además tener atributos materiales que refuercen los morales: carátula, hojas, tinta y encuadernación de calidad aportarían elegancia, aptitud, encanto… para atrapar a los pequeños lectores.

Aparte de tu profesión actual, ¿qué otra cosa te hubiera gustado ejercer?

Escritor.

¿Qué profesión nunca ejercerías?

Policía.

¿Podrías opinar de la relación autor-editor?

Debe basarse en el respeto mutuo, profesionalidad, diplomacia y mucha comunicación. Sé de escritores que han sufrido ciertos percances con su editor. Hasta ahora, he tenido suerte. Mis editores han sido espectaculares. Personas preparadas, sensibles, de gran experiencia en este trabajo lo cual ha favorecido la calidad de edición en mis libros.

En el último año has tenido una buena cosecha de galardones al ganar primero un Premio “La Edad de Oro” y recientemente el Premio “Hermanos Loynaz”. ¿Qué significan los premios para ti?

Los premios significan el reconocimiento justo a la calidad y constancia en un difícil oficio que desarrollamos con pasión. Me siento dichoso, pero sin que se me suba el orgullo. La escritura artística lleva una mezcla de inspiración, disciplina, superación, inconformidad, búsqueda, diferenciación, necesidad, experimentación, entrega, desnudez, espiritualidad, son tantas cosas que los premios, tal vez, nos parecen poco en comparación con el esfuerzo. Y no es que lo sean, porque hacen que los demás te reconozcan; te dan prestigio a través de la valoración positiva de tu obra. Constituyen un estímulo para mantener y superar el paso. Pero no son mi principal motivo; lo es: el desborde de la musa que me obliga a enlazar palabras, sueños, historias... a fin de compartirlas. “La Edad de Oro” y el “Hermanos Loynaz” son dos premios importantes que me impulsan a continuar; sobre todo, espero que mis libros galardonados gusten a los niños.

Siempre que llego al final de la entrevista, pongo en apuros a mi invitado, preguntándole: Si tuvieras que salvar solamente diez libros de un naufragio, ¿cuáles escogerías? ¿Algunos de los que has escrito?

La Biblia, El principito, La Edad de Oro, Había una vez, El Quijote, Las mil y una noches, La Ilíada, Mitos y leyendas de la Antigua Grecia, El Decamerón y Las Obras Completas de Carlos Ettiel.

 

Nota:

(1) (Jagüey Grande, Matanzas, 1978). Ha publicado: Polvo de hadas (poesía para niños Ediciones Matanzas, 2012); Sombras del alma (décima, Premio Mangle Rojo, AHS Isla J., Ed. Promocional, 2012); Reino de hechizos (poesía para niños, Ed. Aldabón, 2014); Los caprichos del tiempo (poesía para niños, Premio La Edad de Oro, Ed. Gente Nueva, 2015) y próximamente, Proyecto Mellizos (novela para niños y jóvenes, Premio Hermanos Loynaz, 2015, Ed. Loynaz). Ganador de otros premios como: Premio internacional en décima “Los niños nacen para ser felices”, 1989; Premio nacional en décima “Modesto San Gil”, 2012; Premio de poesía “Eliecer Lazo”, 2013 y Premio de poesía “Debate José Jacinto Milanés”, 2013.


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