El escritor, ensayista, guionista, investigador y crítico Ambrosio Fornet, Premio Nacional de Edición y de Literatura, ocupa sin dudas un lugar importante en el panorama de las letras en Cuba.

Tenía 27 años de edad cuando se produjo el triunfo revolucionario en el país el primero de enero de 1959, y en los años posteriores ha sido muy favorable su aporte al movimiento editorial, a la literatura, al estudio y análisis de textos y fenómenos de las ciencias sociales en la nación. Este 6 de octubre llegó a los 88 años, una vida dedicada al estudio y a compartir saberes.

Nacido en el poblado de Veguitas, en la actual provincia de Granma, tiene diversos reconocimientos, incluidas la distinción Por la Cultura Nacional, la condición de Miembro de Mérito de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, y las medallas Raúl Gómez García y Alejo Carpentier.

Entre sus obras se incluyen El libro en Cuba; Siglos XVIII y XIX; A un paso del diluvio; En tres y dos; En blanco y negro; Las máscaras del tiempo; La coartada perpetua; Carpentier o La ética de la escritura; Las trampas del oficio; El otro y sus signos; y A título personal, este último una compilación de 25 entrevistas concedidas por él entre 1961 y 2008, las cuales nos acercan a valiosos criterios sobre el panorama cultural cubano y también al intelectual y ser humano, respetado y querido por muchos.

Nombrado Maestro de Juventudes por la Asociación Hermanos Saíz en 2017, es innegable su aporte, desde el conocimiento y la humildad, a la literatura y a la crítica en Cuba. Relacionado con sucesos transcendentales como creador y desde diferentes responsabilidades, como la dirección de las colecciones de Arte y Literatura, contribuyó a sueños colectivos desde la Imprenta y la Editorial Nacional, la Casa de las Américas y la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.

Leer a Fornet significa aprender no solo sobre el contenido de sus textos también sobre las formas, en el propósito de tener un estilo singular y a la vez ser comprensible para la mayor cantidad de personas posibles.

En sus palabras de agradecimiento al recibir el Premio Nacional de Literatura, el 14 de febrero de 2010, refirió que “no se trata únicamente de los canales de comunicación sino también de los modos de expresión. Aunque hay un vocabulario técnico que a veces resulta insoslayable, hay también una tendencia a abusar de las jergas del oficio, como si pretendiéramos no tanto comunicar como marcar distancia con respecto al lector común. Lo mismo ocurre con el tono: parecería que un asunto se hace más importante si lo abordamos engolando la voz”.

Luego comparte fragmentos de textos suyos escritos en 1953 y 1962, en los cuales se percibe una clara diferencia de estilos, fruto de la madurez, pero que él relaciona también con los momentos diferentes que vivía Cuba. Después del triunfo de la Revolución fueron muchas más las personas que aprendieron a leer y podían adquirir libros gratuitamente o a precios entre 40 y 50 centavos. Ya desde entonces él se proponía ser dialogante.

Fornet, miembro de la Academia Cubana de la Lengua, ha mantenido la capacidad de adaptarse no solo en el análisis de nuevos temas, sino en la manera de presentarlos desde sus letras, sin perder la autenticidad, esa que contribuye a que sea un autor respetado y leído por públicos diversos. Un elemento llamativo es la profundidad y responsabilidad con la que ha indagado, analizado y expuesto sucesos y períodos complejos, como el denominado Quinquenio Gris.

Como guionista de cine sobresale el realizado para la película Retrato de Teresa, y su labor como asesor en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.

Debemos resaltar también su contribución a la formación de los jóvenes, como Profesor Titular Adjunto del Instituto Superior de Arte, desde múltiples talleres y conferencias, en conversaciones amenas y con decenas de artículos, ensayos y cuentos. 

Es su cumpleaños este 6 de octubre, y uno va otra vez a sus obras. Los textos de Fornet, quien suele mencionar con frecuencia a su tierra natal, merecen siempre las revisitas, para bien sobre todo de nosotros mismos.