La primera edición del Festival Eyeife estuvo a la altura de las expectativas tanto del público como del equipo organizador que casi durante un año trabajó hasta el mínimo detalle que el evento cumpliera su propósito: agrupar diferentes manifestaciones de la cultura sonora cubana con la música electrónica de la isla y acercar a los jóvenes una variedad musical que nunca antes había alcanzado tal magnitud en los escenarios insulares.

El festival reunió a cerca de 10 000 jóvenes en los escenarios del Instituto Superior de Arte y a un grupo de más de 100 artistas cubanos e internacionales, entre ellos varios de los principales músicos cubanos de jazz, de rock, de rap y djs que se unieron para crear obras de una elevada altura creativa.

Entre las actuaciones internacionales más esperadas estuvieron los shows de los djs y productores Bishop, de México, y Chancha Circuito, de Argentina, cuya visita fue producto de una alianza entre el festival y la Conferencia Nacional de Música Alternativa (LAMC), que se celebra cada año en la ciudad de Nueva York.

De Estados Unidos también llegó Chip E, uno de los pioneros del house en la Ciudad de Chicago. En general del país norteño “pincharon” en la Habana una selección de djs que animan el circuito alternativo de Nueva York y que gozan de una importante reputación en los clubes de esa ciudad estadounidense.

Eyeife obtuvo resonancia en los principales medios de difusión del país y en los medios internacionales radicados en Cuba, lo que le dio una visibilidad de alta relevancia tanto en la isla como a nivel mundial.

Los cinco días de Festival fueron transmitidos luego por la televisión cubana y demostraron que La Habana necesitaba un evento que diera relieve a la música electrónica y expandiera las fronteras de la música cubana a partir de una mixtura sonora que expandiera la riqueza de los ritmos que se hacen hoy en el país y que muchas veces no se conocen a profundidad por el público y los medios de difusión.

El festival, con un amplio programa de conciertos y talleres de producción, marcó un punto de evolución en la manera en que se conoce la música cubana contemporánea y ha diseñado un camino que retomaremos en la segunda edición por la aceptación obtenida y la calidad de las propuestas artísticas que durante dos días llenaron La Habana de la magia de la electrónica y la música cubana.

EYEIFE 2

Después de una primera edición que superó los pronósticos, el festival Eyeife se celebrará nuevamente este año a finales de diciembre en el Parque Almendares, con un programa internacional que afianzará los vínculos entre la música cubana, la electrónica y otras maneras de entender la creación sonora contemporánea de Cuba.

Organizado por la Institución Cultural PM Records y La Rueda Producciones, Eyeife retomará fórmulas musicales que tuvieron una excelente acogida, pues dieron una mayor visibilidad a la música cubana y mostraron varias grupos y propuestas sonoras que no eran conocidas por el gran público. Bajo la sombrilla de la experimentación se realizaron fusiones sonoras de notable calidad y los djs locales ampliaron su abanico creativo tomando como base diferentes corrientes de la música de la isla, como el jazz, los ritmos afrocubanos, el rock, la trova, entre otros géneros arraigados a la cultura del país.

En esta ocasión, el cartel retomará la presencia de artistas internacionales de gran empuje, que en los próximos meses irán confirmando su participación para contribuir a la expansión del festival y vincularse a los músicos del patio para trabajar en conjunto y crear obras que hablen de la riqueza de la fusión entre culturas de diverso signo.

El Parque Almendares, en La Habana, como ha quedado demostrado, es un escenario natural para festivales de grandes proporciones y reúne todos los requisitos que necesita un evento de tal magnitud.

En el programa participarán varios de los músicos cubanos de primera línea que se mueven dentro de las corrientes del jazz, la música afrocubana, el rock, entre otros estilos, quienes volverán a colaborar con los principales djs del país para presentar obras que luego serán grabadas como testimonio de un evento que, más temprano que tarde, ubicará a La Habana en el circuito mundial de los festivales de música electrónica.