El Jazz Plaza 2020 que yo viví (Primer día)


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Mike del Ferro.

Los primeros pasos dentro del Jazz Plaza 2020, fueron a las 6:00 p.m. en la sala Tito Junco, del capitalino teatro Bertolt Brecht, donde una bocanada de jazz iniciaba la tarde con la presentación del pianista y compositor holandés Mike del Ferro.

Este artista, vuelve nuevamente al Jazz Plaza, de la mano de los artistas cubanos Oliver Valdés (en la batería) y Jorge Reyes (en el contrabajo).

Mike del Ferro, Jorge Reyes y Oliver Valdés.

Su programa comenzó con un tema suyo titulado Bunga Bunga, que aparece en Triangular view, un disco que grabara en el año 2010 junto a los músicos italianos Marco Antonio Ricci (bajo) y Massimo Manzi (drums). En esta ocasión, cada unos de los artistas en escena, protagonizó excelentes solos, mostrando las posibilidades sonoras de este trío ocasional.

Decidió seguir con dos obras del brasileño Tom Jobim. La primera titulada Olha Maria, fue interpretada a piano únicamente, tal como aparece en el Slow piano music Vol. I, del 2018. Luego agregó en formato de trío, Chovendo na Roseira, recogida en el disco Made in Brazil, publicado en el año 2008.

Volvió a subir la temperatura de la sala con la recreación en compás 7 por 8, del estándar Old blues, compuesta por el estadounidense Miles Davis. Para esta ocasión, además de sus acompañantes, contó con la presencia del saxofonista finlandés Pekka Pylkkänen; quien obtuvo protagonismo durante varias partes del tema.

Pekka Pylkkänen.

Para el cierre, Mike del Ferro acudió a dos temas suyos de su disco The Journey – Songs Inspired by Wandering the Globe, del año 2012. Primeramente un tema suave titulado Miron y para el cierre una composición en compás 12 por 8 titulada Idrobas, para la cual volvió a requerir los servicios del finlandés Pylkkänen.

Luego del aplauso final, quedó todo listo para la presencia en escena del pianista y compositor haitiano Reginald Policard, liderando un proyecto titulado Encuentro Cuba-Haití, que naciera a partir de un jam session celebrado durante el año 2019 en la capital haitiana.

Reginald Policard y músicos.

En realidad, el proyecto presentado tuvo participación de varios músicos cubanos (Emir Santa Cruz, Yasek Manzano, Alejandro Falcón y Héctor Quintana); pero en adición al pianista haitiano, se sumaron el bajista estadounidense David Einhorn (habitual colaborador de Policard), el trompetista haitiano-estadounidense Jean Caze, el percusionista norteamericano Sammy Figueroa y el saxofonista y flautista marfileño Samy Thiebault.

Reginald Policard.

El programa se inició con dos obras de Policard, recogidas en su disco Detour, del año 2006. La primera titulada Fantasme, tuvo importante participación de Policard en el piano, así como de Héctor Quintana en la guitarra. Estos mismos instrumentistas, protagonizaron la segunda pieza, nombrada Boarding pass, en la cual también el trompetista Jean Caze, tuvo un excelente espacio.

Las siguientes dos piezas del programa, también firmadas por Policard, aparecen en su disco Changing moods, del año 2010. En la obra titulada It’s up to you, destacaron Samy Thiebault en la flauta, Yasek Manzano en la trompeta, Emir Santa Cruz en el saxofón tenor y Héctor Quintana en la guitarra.

Al concluir la obra, el artista haitiano entregó el piano al cubano Alejandro Falcón, quien interpretó las obras Caribeña (con destaque para Sammy Figueroa y Héctor Quintana) y Obbá Meyi (de su disco Mi monte espiritual, del año 2018), en la que hubo un excelente intercambio entre batería y percusión, y resaltó el solo de Falcón en el piano.

Alejandro Falcón.

Para cerrar la velada, la pieza no podía ser otra que Encuentro, la cual define el momento en que Policard y Falcón dialogan entre pianos. Ambos artistas subieron al escenario, y protagonizaron el fraterna duelo musical, sazonado por las interpretaciones de Jean Caze, de Samy Thiebault (esta vez desde el saxofón tenor) y del percusionista Sammy Figueroa.

Sammy Figueroa.

El público, complacido, brindó su aplauso final, y al igual que yo, muchos tuvieron que correr para llegar a tiempo al concierto de inauguración.

Aunque desde la tarde hubo actividades del Festival, la inauguración formal se había programado para la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Justo a las 9 de la noche, Bobby Carcassés, presidente honorífico del certamen, salió a escena junto con su formación Afrojazz, reformada para la ocasión, con varios excelentes y reconocidos músicos.

Bobby Carcassés y Afrojazz.

El primer tema, titulado Arian, fue compuesto por Carcassés, y forma parte de su disco Jazz timbero (1998). El anfitrión de la velada comenzó con improvisación en la flauta dulce, para luego brindar espacio a improvisaciones por parte del saxofonista Javier Zalba, del flautista Orlando “Maraca” Valle, el trompetista Jesús Ricardo Anduz y el pianista Roberto Carcassés.

A continuación recreó la pieza Babalú, original de la compositora cubana Margarita Lecuona, antes de cantar Paisaje de nubes (obra dedicada a su esposa, incluida en el disco Blues con montuno, del año 2017). En esta última Carcassés, recordando sus tiempos del trabajo en cabarets y en el teatro musical, interactuó acertadamente con la bailarina de danza contemporánea, invitada para la ocasión.

Bobby Carcassés.

La próxima entrega fue Noche en Tunisia, en un arreglo realizado por Roberto Carcassés a la pieza Night in Tunisia, que cuenta con música original de Dizzy Gillespie y Frank Pararelli, y texto de Jon Hendricks. Este arreglo es el mismo que aparece en el disco Blues con Montuno. Para este tema fue invitado el saxofonista César López, quien mostró su trabajo en el saxofón alto. También ocurrió un excelente intercambió entre los percusionistas José Luis Quintana “Changuito” y Yolanda Rodríguez, y el baterista Rey.

Para cerrar su parte, Bobby apeló a una “cubanización” de la pieza Macktheknife; creada por Kurt Weill con texto de Bertolt Brecht, para el drama musical Ópera de los tres centavos, estrenada en Alemania en 1928. La versión de Carcassés fue bautizada como Macario el Iyawo. En la misma, Yuniet Lombida disertó desde el saxofón barítono, al igual que Ángel Octavio Cotán y José Raúl Machado; desde la guitarra eléctrica y el bajo, respectivamente. Para redondear el espectáculo, el bailarín Reinaldo Baró, motivó al auditorio con su incansable movimiento.

Yuniet Lombida, Danny Vázquez, Javier Zalba y Jesús Ricardo Anduz.                     Boby Carcassés, Afrojazzy el bailarín Reinaldo Baró.

Quedaba listo todo para el cierre de la noche, donde se pronosticaba que La Habana se fusionaría con New Orleans, a partir de la presencia de varios artistas de esa ciudad estadounidense.

Los anfitriones de este segmento, fueron los miembros de la agrupación The soul rebels; quienes han grabado 8 discos hasta el momento; y fusionan diversas corrientes, tales como soul, jazz, funk, hip-hop, rock y pop, dentro del mundo de las bandas de música.

Luego de su enérgica presentación, con la cual conectaron de inmediato con el público, el colectivo formado principalmente por instrumentos de vientos, decidió mostrar su arte por medio de las obras Culture in the guetto, (del disco Let your mind be free, de 1994) y Rebelosis (incluida en el disco Power = Power MIXTAPE, del año 2013).

Los primeros invitados de la noche, los miembros de Trombone Shorty Foundation, llegaron para reforzar a los anfitriones en la pieza 504, que forma parte CD Unlock your mind, publicado por The soul rebels, en el año 2011. De esta forma, brindaban a los asistentes, una idea acerca de la tradición de este tipo de bandas en la ciudad estadounidense.

Para otra pincelada de New Orleans, llegó a escena Big Chief Monk Boudreaux, el gran jefe de los Golden Eagles (una tribu india de Mardi Gras). A sus 78 años de edad, Boudreaux continúa siendo un referente dentro del quehacer musical de la ciudad. Para su interpretación de la pieza They don’t know (de su disco Bury the hatchet, del 2002), en adición a The soul rebels, fue, secundado por su coterráneo, el cantante, compositor y guitarrista Anders Osborne.

The soul Rebels, Big Chief Monk Boudreaux y Anders Osborne.

Un espacio para el grupo de percusionistas estadounidenses liderado por Lumar Le Blanc (miembro de The soul rebels), y complementado con los percusionistas cubanos que acompañan habitualmente a Cimafunk, sirvió una vez más como puente de comunicación entre ambas culturas, con la obra Can you feel the beat.

El sonido entonces ganó un toque soul, con la llegada a escena de Tank and the Bangas, agrupación liderada por la cantante Tarriona "Tank" Ball, quien hizo gala de su voz y su trabajo en el mundo de spoken word. Decidieron rememorar con acierto (aunque lamentablemente sin la participación de Robert Glasper), la pieza Blush, que cierra el disco Poetry in motion, publicado por The soul rebels en el año 2019.

Tank and the bangas.                                                                                      The soul rebels.

Precisamente de este disco, también incluyeron en la presentación, Sabor latino, con la participación especial del  músico, productor, actor y filántropo estadounidense Troy “Trombone Shorty” Andrews. Fue una grata sorpresa para el público cuando el prestigioso músico de New Orleans salió a escena, para protagonizar una soberbia intervención desde su trombón, subiendo la temperatura de la sala, preparando todo para el final del espectáculo.

                                       Trombone Shorty.                                                    The soul rebels y The trombone Shorty Foundation.

 

 

Para cerrar las cortinas del puente New Orleans – La Habana esta noche, llegó el artista cubano Eric “Cimafunk” Igleasis Romero, para unirse a todos los estadounidenses que participaron en la sesión. Quisieron recordar a uno de los grandes del funk y el soul, el norteamericano James Brown, con su conocido estándar Get Up (I Feel Like Being a Sex Machine); grabada por Brown en 1970.

Trombone Shorty, Cimafunk y The soul rebels.

Luego de más de dos horas de concierto, lleno de emociones, la música hizo un alto en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, dejando que durmieran esa noche en escena, los fantasmas del jazz, para volver a derrochar música mañana en la segunda jornada del Jazz Plaza 2020.


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