Talento cubano entre cuerdas


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Entre los nuevos proyectos de este músico, nacido en la provincia de Ciego de Ávila, está la composición de piezas musicales para ejecutar con violín. Autor: Cortesía del entrevistado.

A pesar de haber nacido en el seno de una familia de músicos, ninguno de los logros de este joven de 23 años ha caído, como se dice comúnmente, del cielo. El talento de Alberto Denis Galdona para tocar violín no es solo un don natural, sino el resultado de años de estudio y consagración al instrumento.

Aunque vive hace ocho años en la capital, no olvida sus raíces. El interés de este «avileño de pura cepa», como se considera, por la música tiene sus antecedentes en una edad muy temprana. «A los cinco años, mi mamá me enseña un video de la cantante Céline Dion en un concierto donde la acompañaba un violinista. Quedé impactado con el sonido del instrumento y le dije a ella que quería ejercer la profesión».

De padre guitarrista y madre cantante, Alberto Denis es además un fan al deporte, especialmente al fútbol, y declara que su equipo favorito es el Real Madrid. Su indudable capacidad lo ha llevado a formar parte de importantes agrupaciones musicales cubanas como la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta de Cámara de La Habana, la Orquesta Música Eterna y Ensamble Solistas de La Habana.

«Mis primeros pasos en la música los di en la Escuela Elemental de Arte Ñola Sahing Saínz, de Ciego de Ávila. Allí estudié siete años bajo el asesoramiento del maestro Sydney Campbell. Participé en concursos nacionales y provinciales y obtuve los primeros lugares. Al terminar noveno grado fui seleccionado por mis notas como el mejor escalafón del centro del país. Esto me dio la posibilidad de ganarme una beca en la Escuela Nacional de Arte (ENA), aquí en La Habana.

«En la ENA, donde cursé cuatro años, se me presentaron oportunidades de insertarme en la práctica profesional. Tuve el privilegio de tocar durante ese tiempo con la Orquesta de Cámara de La Habana. Participé en el Festival de Música de Cámara, y tuve la oportunidad de trabajar con grandes de la música cubana como Chucho Valdés y Leo Brouwer.

«En 2015, cuando la cantante puertorriqueña Olga Tañón visitó a Cuba, fui parte de los seleccionados para trabajar con ella en el concierto en la Tribuna Antimperialista José Martí. Tengo que agradecer a muchos profesores en este período que, como Braulio Labañino y Carmen Amador, fueron decisivos en mi formación.

«En tercer año me integro a la práctica de conjunto orquestal con el maestro Iván Valiente. Este último, al graduarme, me seleccionó para formar parte de su grupo Ensamble Solistas de La Habana, donde realicé mi servicio social. Este período fue decisivo para mi superación profesional mediante el aprendizaje en la práctica. Logré desempeñarme como el concertino de esta orquesta de cámara. También fundo Opus 10, mi propio cuarteto de cuerdas, con músicos de la misma agrupación. Su nombre en la actualidad es Sideral Quartet».

El egresado de la ENA también tiene dotes de educador. Durante su paso por la Escuela Elemental de Música Alejandro García Caturla estuvo entre los profesores más queridos por los estudiantes. «Aprendí muchísimo enseñando. Fue una experiencia muy bonita trabajar con niños de todas las edades. Realmente es un oficio
difícil, que requiere de mucha paciencia, seriedad, responsabilidad y sobre todo de motivar a tus alumnos».

Aunque adora el magisterio, tuvo que abandonarlo para proseguir su superación. Alberto Denis es de los que piensa que siempre hay cosas nuevas que aprender. Se presentó al Jean Sibelius, uno de los grandes conciertos para el violín, como método para optar por el Instituto Superior de Arte (ISA), donde obtuvo el máximo de la puntuación.

«Mi ingreso al ISA me abrió otras puertas. Me integré a la Sinfónica Nacional, donde adquirí una experiencia más amplia sobre este tipo de música. Luego comencé a tocar en la Orquesta Música Eterna, junto al maestro Guido López-Gavilán, con el que venía trabajando anteriormente. Poco después me uno a la Orquesta de Cámara de La Habana con la maestra Daiana García. De cada director podemos aprender cosas diferentes, pues como dice el refrán “cada maestro tiene su librito”»

Algunos de los referentes del violinista cubano son Jascha Heifetz, el soviético David Óistraj, Maxim Vengerov, el israelí Itzhak Perlman, la alemana Anne-Sophie Mutter y la estadounidense Hilary Hahn.

En diciembre del año pasado tuvo el privilegio de tocar junto al maestro Frank Fernández en el concierto en homenaje al historiador de La Habana, Eusebio Leal, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís. «Fue la primera vez que toqué con él. Solo el hecho de tenerlo cerca inspira mucha motivación. Musicalmente fue una experiencia increíble. Tiene una manera genial de interpretar la música; no tengo suficientes palabras para describirlo. Simplemente Frank es muy grande».

El estudiante de segundo año del ISA, a pesar de su corta edad, disfruta de los ambientes tranquilos. «A los más jóvenes que comienzan sus carreras como violinistas les aconsejo que estudien y no paren de hacerlo, pues ese es el único camino. Se debe tener disciplina y compromiso con uno mismo si se quieren lograr las cosas. En mi opinión no dejen de estudiar clásico, pues aunque nuestro instrumento es versátil y se puede incursionar en otros estilos, este género es el de más exigencia y es el que otorga la capacidad técnica, interpretativa y musical al violinista».

A pesar de trabajar la interpretación dentro de la música de conjunto y como solista, en orquesta grande, orquesta de cámara, cuarteto de cuerdas, dúos, tríos y ensembles, entre los nuevos proyectos de Alberto Denis Galdona está la composición. «Me fascina la idea de componer mi propia música. En mis tiempos libres cojo el violín y me pongo a tocar ideas que se me ocurren».

Aunque prefiere lo tradicional, el joven es detractor de la idea de que existe una forma única para tocar violín. «El instrumento tiene su manera de ejecutarlo, es decir, la técnica que nos enseñan desde pequeños. En cuanto a cuestiones generales como la distribución de sonido, los golpes de arco y la afinación, considero que es uno de los instrumentos más difíciles.

«Respecto a la manera de tocar, cada violinista encuentra su identidad. Hay grandes maestros en el mundo que no tienen la técnica perfecta, ni del agarre, ni de la mano izquierda, ni de la mano derecha, ni de la posición del hombro, y sin embargo les funciona. No me voy por ese cliché sobre una manera estéticamente perfecta de tocar, lo importante es que el resultado sea bien aceptado por los públicos».

Entre los nuevos proyectos de este músico, nacido en la provincia de Ciego de Ávila, está la composición de piezas musicales para ejecutar con violín.

El joven Alberto compartió escenario con el maestro Frank Fernández en el concierto en homenaje a Eusebio Leal, el pasado diciembre.

 

 


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