Sonido en el audiovisual. Acercamiento a la restauración de sonido


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“La imagen no tiene un valor absoluto. Imágenes y sonidos deberán su valor y su poder solo al uso que tú les asignes”

Robert Bresson (1901-1999)

A pesar de la existencia del bien mirado cine mudo, donde se registran en su haber clásicos de la filmografía; como muchos de los filmes del genial Charles Chaplin: La quimera del oro (1925), Luces de la ciudad (1931), Tiempos Modernos (1936) y El gran dictador (1940); hoy día se hace difícil disfrutar una producción audiovisual sin sonido, o con un sonido deficiente.

El sonido induce al receptor a permanecer atento a la historia narrada, conduce a los puntos de interés e indica lo que se debe mirar, puede anticipar algún elemento visual y permite que se enfoque la atención al mismo. Transforma la percepción de una historia, seduce, incita al esparcimiento mental del receptor; ejerce una importante fuerza emocional sobre las personas, sobre la conducta; transmite tristezas o alegrías, crea afinidad con sentimientos ajenos; pues el sonido es creador de sensaciones, emociones, conocimientos y nuevas experiencias.

El sonido complementa, integra y potencia la imagen, contribuye al realismo de la obra audiovisual. Además, a nivel narrativo, posibilita un importante ahorro de planos que la imagen silente tenía que utilizar para comunicar conceptos y situaciones. El mundo es sonoro y a veces tan solo una palabra es suficiente para hacer que un mensaje visual quede perfectamente claro.

La producción de sonido debe ser considerada desde los diseños hasta la producción final de una obra audiovisual, se debe tener en cuenta que el sonido no puede ser simplemente añadido, debe ser analizado, pensado y diseñado en conjunto con la fotografía y al ser evaluado, hacerlo, no solo por el aspecto técnico sino también por lo estético o artístico; teniendo en cuenta que la calidad del sonido es responsable de concebir un producto audiovisual más seductor.

Para entender la importancia del sonido en el audiovisual, se debe analizar el salto expresivo que experimentó el séptimo arte con la incorporación del sonido en la década de los años treinta del siglo pasado. Sin sonido, muchas de las estrategias audiovisuales no funcionarían.

Sonido directo: captura, deficiencias, calidad.

El sonido directo es aquel que proviene de su fuente sin ningún tipo de mediador en la producción de medios audiovisuales, es también llamado sonido de campo o sonido de producción (production sound, location sound o field sound recording en inglés), es la grabación de sonido dentro de un set de filmación de un proyecto audiovisual, bien sea cine, televisión o video.

El ingeniero de sonido encargado de este proceso, comúnmente llamado sonidista, se encarga principalmente de capturar; de manera limpia y óptima, los diálogos, ambientes, tonos de sala (room tones), y cualquier acción que se realice frente a cámara; tomando en cuenta la continuidad en la intensión y el timbre de la voz, así como de los posibles cambios de sonido de ambiente.

Para aumentar el potencial expresivo de una obra audiovisual, es necesario contar con un sonido directo lo más nítido posible, lo cual incide en una mejor calidad del producto final.

La captura de voces, ambientes y efectos durante el rodaje, exige tomar conciencia sobre el valor que tiene el sonido en todo relato audiovisual. Desafortunadamente, no se cuenta con la cantidad necesaria de profesionales comprometidos con la enseñanza del sonido, que se dediquen a la importante tarea de educar y concientizar a aquellos que, involucrados en una producción audiovisual, pueden definir la calidad de la toma de sonido directo. Estos docentes deben intentar que los futuros sonidistas comprendan qué herramientas elegir y de qué forma deben utilizarlas.

Según Alejandro Seba y Leandro de Loredo (2005); diseñadores y editores de sonido; profesores de la Facultad de Diseño, Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, Argentina; la toma de sonido directo implica:

• “Que las voces sean inteligibles y que tengan un plano sonoro verosímil o que permita ser manipulado en postproducción.

• Que los fondos y el timbre de las voces mantengan cierta continuidad y concordancia con el espacio fílmico.

• Que el postproductor tenga los elementos necesarios para una correcta edición sonora: ambientes propios de la locación, planos sonoros de cobertura, ruidos de características especiales (difíciles de recrear en foley)”.

Grabar sonido en exteriores puede llegar a ser una situación compleja. Existen factores que hacen que se necesite preparación para lo que pueda presentarse según la locación: las calles de la ciudad, una escuela, el campo, el bosque, un parque, etc.

Es importante controlar los golpes de viento, que en espacios abiertos puede llegar a ser muy fuerte y generar ruido en los micrófonos, por la alta sensibilidad de las cápsulas. La solución es utilizar cortavientos (windshields o peluches), para cualquier micrófono, lo cual amortiguará los golpes.

Cuando se graba en exteriores algunos planos tienden a ser muy abiertos y el uso del boom o caña puede verse limitado, sobre todo si en esa escena existe algún texto por parte de los actores.

Grabar sonido en interiores, de alguna manera, es una tarea más controlada; pero requiere de ciertos cuidados importantes a tener en cuenta; como encontrar la mejor ubicación para la planta eléctrica si existiera, con el fin de que el ruido que produce no interfiera en la captura del sonido. Es conveniente revisar puertas, ventanas u otros orificios y sellarlos para que no se filtren ruidos indeseados. También siempre que sea posible apagar los aparatos eléctricos que generan ruido: como refrigeradores, freezers, televisores, etc. y, aunque parezca obvio, pedir silencio a todas las personas en el set durante la grabación.

Existen otros inconvenientes que se pueden presentar con los espacios al grabar sonido directo en interiores relacionados con la acústica, tales como reverberaciones y resonancias. Es importante saber que estos problemas se pueden resolver con la ayuda de materiales absorbentes, telas y/o espumas que se puedan adaptar al decorado o ubicarlos en lugares del set no alcanzados por la cámara.

Otra dificultad que se presenta con regularidad tiene que ver con la iluminación que a veces, no deja espacio para acercar el boom a los actores sin generar sombras. Los responsables del sonido deben estar presente en los ensayos de los desplazamientos en escena, en el momento en que los técnicos de luces están iluminando y, en lo posible, hacer pruebas y sugerir la necesidad del espacio para la realización del trabajo.

Durante el proceso de registro del sonido directo pueden presentarse condiciones o hábitos desfavorables para la obtención de un sonido limpio. Existen una serie de factores que influyen en una captura deficiente del sonido, entre otros se pueden mencionar:

• No contar con un equipamiento técnico idóneo: micrófonos, cables, consolas; en cantidad y calidad necesarias.

• No contar con técnicos de sonidos y microfonistas capacitados.

• Escoger locaciones anteponiendo la imagen al sonido, sin tener en cuenta que muchas veces no se puede controlar el entorno: lugares aledaños, construcciones, vendedores, vecinos, escuelas cercanas, etc.

• Inadecuada coordinación con la dirección de fotografía, el diseño de luces, la iluminación, quebrando el balance entre fotografía y sonido.

• Normas de tiempo dispuestas que resultan insuficientes y conspiran en contra de la calidad del audiovisual, tanto en la etapa de realización, como en la etapa de edición y postproducción.

• Presupuesto insuficiente para la realización del audiovisual.

Es difícil y costoso obtener sonidos limpios durante la grabación de las escenas, ya sea en interiores o en exteriores.

En las grabaciones intervienen muchas personas, hay muchos equipos propios del rodaje o externos que emiten sonidos indeseados que contaminan el registro del sonido original, entre otros factores, que dañan y ensombrecen la calidad del sonido captado.

Se tiende a menospreciar la importancia de la captura del sonido directo en los rodajes, confiando que puede arreglarse en la postproducción, sin embargo, lo único que se consigue es dilatar este proceso, pues al obtener un sonido deficiente, se debe proceder a restaurar las deficiencias detectadas durante la postproducción, alargando esta etapa y empleando el tiempo asignado a la restauración de sonido en lugar de dedicarlo a la creación artística.

Para evitar todo lo expresado anteriormente sobre la grabación de sonido directo durante el rodaje, se puede considerar lo siguiente:

Contar con personal especializado que conozca los aparatos y las técnicas necesarias para realizar una buena grabación. El equipo humano ideal para un rodaje profesional debe ser de dos personas, el jefe de sonido y el microfonista. El jefe de sonido se ocupa de escuchar lo que el microfonista capta y le orienta para obtener una buena toma. No obstante, una persona que tenga experiencia en ambas funciones puede desempeñarlos sin ningún problema.

No cualquier micrófono es bueno para la captación de sonido directo. Lo más común es usar micrófonos con un patrón de direccionalidad cardioide o sus variantes supercardioide e hipercardioide. Estos tipos de micrófonos son muy direccionales, los cuales permiten captar el sonido de la dirección en la que se coloquen de forma muy precisa, ya que su sensibilidad en zonas distintas a este punto, es mínima.

Hay que aprovechar los momentos en que se ensaya la escena o se repasa el guion antes de comenzar a grabar para ajustar los niveles de entrada de sonido y no dedicar tiempo solamente a esto. Para realizar un buen ajuste de niveles se debe colocar el micrófono a la distancia más idónea que permita la escena en relación a los actores, y asegurarse de que el micrófono está en eje. El nivel de la señal de entrada nunca debe saturar, no obstante, en la actualidad existen herramientas para intentar rectificar la distorsión provocada por saturación, dependiendo del nivel del error, éste podrá ser mejorado o eliminado. No existe un valor estándar para los niveles de entrada, se debe tener en cuenta la dinámica de la escena.

Otra recomendación importante es saber identificar cuándo el sonido de una toma está fuera de eje, ya que por regla general son tomas deficientes para la postproducción, son más difíciles de editar y suenan menos claras. Se entiende fuera de eje, no apuntar correctamente con el micrófono a la fuente sonora, esto provoca que el micrófono capte el sonido reflejado antes que el de la propia fuente emisora. Hay que tener en cuenta que los diálogos son la esencia de la mezcla en el audiovisual.

Se pueden encontrar dificultades a la hora de grabar ciertas escenas. Por ejemplo, en planos generales, cuanto más abierto es el plano, más complicado es captar una buena toma de los diálogos o texto. La solución para evitar el doblaje en la postproducción es muy sencilla. Una vez valorado que el sonido de la escena no se puede grabar por este motivo, se pide a los actores que interpreten el guion lo más fiel posible a la escena interpretada fuera de cámara.  De esta manera no hay que depender del doblaje si no que se puede montar directamente dicha escena con las tomas grabadas después en eje. Este proceder es factible en caso de que no exista otro recurso.

La herramienta principal para grabar sonido siempre ha sido el micrófono. En función de sus características y de su estado técnico, los resultados podrán ser mejores o peores.

Una parte de la calidad sonora de un material audiovisual se encuentra condicionada por la calidad obtenida en el sonido directo. Quienes captan el sonido al momento de la grabación deberán tomar todas las precauciones necesarias para evitar la captura de sonidos indeseados, monitorear con audífonos de buena respuesta y aceptable volumen lo que se esté grabando, para distinguir bien todo lo que recoge el micrófono, controlar cualquier ruido que se presente durante el rodaje, lo cual solo se percibe si se monitorea adecuadamente.

A mayor calidad del sonido registrado, menor es la necesidad de practicar la restauración del sonido, menos necesidad de edición y postproducción, y más contenido en condiciones idóneas con el cual trabajar y obtener un resultado superior al existente.

Buenas prácticas.

En el mundo actual es preciso para el encargado de sonido conocer el tipo de producción (largometrajes, cortometrajes, documentales, etc.), los costos   y pretensiones de la producción, y cuánto se destinará al área de sonido. Este presupuesto debe ser suficiente para la toma de sonido directo, postproducción y mezcla.

El soporte en el cual se registra el audiovisual puede determinar varios aspectos importantes en torno a la captura de sonido. Si se quiere obtener una calidad superior u óptima, se debe utilizar un sistema doble, es decir, registrar la imagen y el sonido en dispositivos diferentes.

Esto indica que se debe utilizar una claqueta al comienzo de cada toma para poder sincronizar la imagen y el sonido en la sala de edición. En cambio, al trabajar con video esto se puede evitar, registrando el sonido en la cámara (no es recomendable utilizar el micrófono de cámara para un trabajo profesional). En este caso la decisión será influenciada por cuestiones de independencia del sonidista con respecto a la cámara, costos, tiempos y calidad (muestras por segundo, profundidad en bits y conversores). Por último, es necesario saber dónde será mostrado el audiovisual.

La lectura del guion es muy importante para el sonidista que realiza la captura del sonido durante el rodaje e indispensable para el director de sonido. En cualquier producción seria, éste participa en la lectura “página a página”.

La posibilidad de participar en la prefilmación, permite separar las distintas situaciones en las que se necesita grabar sonido; definir cuáles son ordinarias (escenas de diálogos y ambientes) y cuáles requieren de equipos específicos, por ejemplo: un musical con playback y coreografía. Además, sirve para planificar la utilización de múltiples micrófonos (según cantidad de personajes que interactúan en escena), los tipos de micrófonos y accesorios (escenas con alta presión sonora, interior o exterior, diálogos o ambientes, etc.). Conocer el guion proporciona un acercamiento al punto de vista que tiene el director sobre la obra y a su forma de trabajo.

Es importante que los realizadores tengan en mente cómo influye una locación en el sonido registrado, y cuenten con el responsable de sonido a la hora de definirla como parte del proyecto. Todos los que forman parte de un proyecto audiovisual, deben saber cuál es la importancia de un buen sonido directo y cómo desde cada posición, se puede posibilitar o dificultar la tarea del sonidista en su trabajo, que no es otro que realizar la correcta captura del sonido.

La locación elegida para rodar una escena puede determinar, no solo la elección de los equipos, sino la decisión de capturar sonido para ser utilizado en postproducción o solo para sonido de referencia, implicando esto el doblaje o la restauración de estas escenas, y por lo tanto una manera diferente de afrontar el registro (sitios muy ruidosos, imposibilidad de ubicar micrófonos, etc.). En locaciones interiores no idóneas también existe la posibilidad de proporcionarle tratamiento acústico siempre que sea factible.

Puede decirse, que la preferencia en sonido directo tanto para cine como para televisión, es la del boom o caña. Esto se debe a que su respuesta con respecto a la voz humana es más natural que la del resto de los micrófonos, así como la relación de plano sonoro con respecto al plano de imagen también tiende a ser más natural. Esto va a estar sujeto a su correcta utilización y posicionamiento.

Colocar el micrófono delante del actor también logra una buena captura, pero pueden surgir ciertas dificultades si el micrófono es ubicado debajo, ya que puede producir cierto énfasis en las frecuencias medias graves y pérdida de agudos. Si bien esta posición trata de evitarse y depende de las condiciones, el microfonista o sonidista debe evaluar si este cambio en el color del sonido será retribuido por la obtención de una mejor relación señal/ruido que en otras posiciones.

Disminuir la distancia entre el micrófono y la fuente sonora va a reducir el nivel de ruido o sonidos indeseados en la grabación y mejora la relación entre la reverberación captada y el sonido directo. La práctica común en la captura del sonido directo es intentar atenuar la reverberación, ésta siempre puede agregarse en postproducción, pero resulta casi imposible eliminarla después de grabada.

Los problemas más comunes surgidos con este tipo de micrófonos son: ruidos de manipulación de la caña, sonidos fuera de plano o con diferencias de estos entre sí y alto ruido de fondo o reverberación.

Otro recurso puede ser la utilización de micrófonos lavalier o de solapa, comúnmente llamados balitas. A veces llamados inalámbricos, (usan un sistema de transmisión- recepción por VHF o UHF) se utilizan como cobertura, o en los casos en los que no se puede conseguir un buen plano sonoro con el boom. Este tipo de micrófono tiene como ventajas estar cerca de la fuente de sonido y ser utilizado de manera oculta en los personajes.

Esto permite que aún en situaciones de planos abiertos, locaciones ruidosas y/o acústicamente adversas, se obtenga con estos micrófonos una relación señal/ruido o reverberación utilizable con respecto a eventuales movimientos de cámara. Como se ha dicho anteriormente, estos micrófonos son empleados como cobertura del boom y no como primera opción, porque el sonido que se obtiene con este tipo de micrófono o cápsula, es mucho menos natural que el obtenido con un boom, dependiendo en gran medida de qué cápsulas se utilicen y cómo se coloquen.

Estos micrófonos de solapa a menudo son utilizados en televisión, donde la calidad de la reproducción no requiere de tanta exigencia como en el cine, pero se hace indispensable obtener una buena relación señal/ruido o diálogo/fondo. Sin embargo, su utilización acarrea algunas desventajas:

• No se logra naturalidad en el plano sonoro obtenido con respecto al plano de cámara. Por ejemplo: si el actor se da vuelta, se aleja o sale de cuadro, siempre permanecerá en el mismo primer plano sonoro, generando una sensación no creíble con respecto al plano de imagen. En este caso, el resultado obtenido puede ser solucionado en el proceso de postproducción.

• La necesidad de ocultar el micrófono debajo de la ropa de los actores modifica el color de su respuesta atenuando las frecuencias agudas, originando como resultado un sonido opaco y poco natural. Los roces y/o golpes generados por fricción producen sonidos molestos, audibles y perjudiciales para la señal de sonido, por eso se hace indispensable una correcta colocación, se corre el riesgo de que una parte o la totalidad de la captura sea inutilizable.

El tipo de cápsulas y la cercanía a la fuente, provocan que la calidad de sonido obtenida   no sea siempre   óptima, entregando   en ocasiones   una señal   más distorsionada y de menor rango dinámico que la que se consigue con un micrófono de boom.

Postproducción

Se define la postproducción de sonido como la fase final de la elaboración de la banda sonora que consiste en seleccionar, organizar y manipular los diversos elementos sonoros que se utilizan en una producción audiovisual y que incluye procesos como la ambientación musical, la sonorización, el doblaje y el procesado de audio o masterización.

La banda sonora, compuesta por sus elementos sonoros (textos, ambientes, efectos, música   y   silencios), condiciona   activamente   la   forma   en   que   percibimos   e interpretamos las imágenes proyectadas. Imágenes iguales tienen distinta interpretación al cambiar la banda sonora.

En postproducción de sonido se emplean materiales de procedencia muy diversa: efectos de sonido especiales grabados con micrófonos en estudio, en el set de rodaje; efectos procedentes de bibliotecas de sonidos, o efectos producidos electrónicamente; diálogos grabados en el set de filmación sincrónicos con la imagen o diálogos grabados en estudio.

La postproducción de sonido es un proceso complejo tanto desde el punto de vista técnico como artístico. Precisamente los aspectos técnicos han cambiado a lo largo de los años gracias al avance de la tecnología y requieren de un alto grado de especialización. Sin embargo, el objetivo final es el mismo, dar tratamiento y operar las pistas de sonido para crear la banda sonora que complemente a la imagen. Inicialmente una postproducción de audio respondía solo a editar los diálogos correctamente, introducir algún efecto sonoro, añadir las músicas, y finalmente situar todos estos elementos en su nivel adecuado en el proceso de mezclas.  En la actualidad y gracias al avance tecnológico el proceso es mucho más complicado, las exigencias técnicas y estéticas son mayores y esto ha hecho que surjan nuevos procesos aplicados a la postproducción.

La postproducción de sonido consta de una serie de etapas que dependen de la complejidad del proyecto audiovisual. No es lo mismo realizar la de un documental, una película o de una telenovela.

La edición en la postproducción de sonido comienza a partir de la selección de unos elementos sonoros llamados “crudos o brutos” y que se manipulan para convertirlos en elementos definitivos.  La edición en muchas ocasiones se reduce a un “corta y pega”, pero en realidad es un proceso mucho más complejo. Existe una serie de motivos para editar un material sonoro: eliminar silencios y/o sonidos indeseados en el material original, el reajuste de niveles de audio, obtener un nuevo resultado a partir de la combinación de otros sonidos, etc.

Con la tecnología analógica, este proceso se realizaba físicamente cortando con cuchilla y pegando con cinta adhesiva la cinta de audio.  Con la aparición de la tecnología digital este proceso de “destrucción” física de la cinta queda anulado. En la actualidad el proceso de edición es no destructivo y facilita considerablemente todo el trabajo.

El término de montaje es empleado en ocasiones para referirse a la edición de sonido, no se debe confundir montaje y edición de sonido. El montaje, de alguna manera, comprende la edición, aunque a nivel conceptual es mucho más abarcador. Se habla de edición cuando se corta o se silencia un único fragmento de sonido mientras que cuando se habla de montaje se refiere a la yuxtaposición simultánea de múltiples fragmentos sonoros. En la práctica esto supone adecuar todos los elementos sonoros (diálogos, ambientes, efectos, etc.) al siguiente paso que es la mezcla, ajustando niveles y corrigiendo la sincronía con la imagen.

Técnicamente la edición se puede realizar con un simple editor de audio digital, mientras que el montaje exige el empleo de un software multipistas de audio que reproduzca varias fuentes o pistas de sonido al mismo tiempo, como pueden ser Pro Tools o Nuendo.

Una vez realizada la edición de sonido se efectúan una serie de procesos a la señal de audio que pueden tener distinto objetivo; puede ser, mejorar el sonido final corrigiendo algún tipo de deficiencia de la fuente original; alterar el sonido grabado para obtener otro completamente distinto al original. Estos procesos pueden ser de tiempo, al aplicar reverberación o eco para lograr el aumento de la sensación de espacio; de dinámica, donde se manipula la amplitud de la señal de audio para reducir o ampliar su dinámica y también de ecualización donde se modifica la frecuencia de la señal de sonido gracias al empleo de los distintos tipos de ecualizadores.

Ubicados definitivamente todos los elementos de la banda sonora tras el montaje y corregidos los elementos sonoros deseados mediante el procesado de efectos, tiene lugar la etapa de mezcla, que consiste en situar en el espacio a cada uno de los elementos sónicos (lo que técnicamente es denominado “panoramizar”) y finalmente situarlos en un nivel sonoro adecuado.

Al finalizar este proceso de mezcla se obtiene la banda sonora final en un número determinado de pistas que dependerán del formato de reproducción del producto audiovisual.

Restauración de sonido.

Con las numerosas grabaciones de sonidos captadas de manera deficiente y creadas en espacios inadecuados, la restauración de sonido se ha tornado esencial para los procesos de edición y mezcla. Esto se traduce en la posibilidad de contar con una variedad de oportunidades para mejorar las deficiencias de una señal de audio.

La restauración de sonido es un proceso bastante complejo y se ha investigado poco en este campo. Antes de restaurar cualquier archivo, se debe preservar y mantener los archivos de la fuente primaria, es decir, nunca se debe trabajar sobre el archivo original. La restauración en este caso, específicamente de audio digital, se basa en el estudio y/o análisis de los posibles errores aparecidos por disímiles motivos en el sonido capturado y los procesos que existen para corregirlos. Es necesario no olvidar que durante la restauración de sonido siempre se debe conservar el audio original, no se sabe cuándo se debe volver al registro primario.

En la actualidad, con el uso de la tecnología digital se puede eliminar muchas de las deficiencias capturadas o aparecidas en el audio original sin dejar evidencias de su eliminación. La restauración de audio es un proceso lento y subjetivo que requiere cierto grado de especialización y existen variadas estrategias que el ingeniero o técnico de edición de sonido puede realizar.

Es un proceso que suele realizarse en dos etapas. En la primera etapa se identifican los posibles errores aparecidos en los archivos originales y son analizados para llevar a cabo las posibles restauraciones, lo cual depende de la herramienta que vaya a ser utilizada por el técnico en cuestión. Independientemente de que existen herramientas específicas diseñadas para corregir determinados errores, es válido experimentar e improvisar.  En la segunda etapa se procede a ejecutar las acciones y procesos planteados.

Es necesario tener en cuenta algunos detalles sobre la restauración, además de ser un proceso lento, es quirúrgico, de mucha práctica y paciencia. El orden en que se implementen los procesos puede afectar el resultado, no se debe procesar a gran escala, es decir, ejecutar procesos violentos y esperar obtener efectos positivos.

La restauración de sonido tiene el poder de atenuar o eliminar audios no deseados con precisión y pocos efectos secundarios, los procesos en restauración funcionan mejor si se usan valores sutiles para minimizar la aparición de estos efectos, asegurando así un resultado más ingenioso. Los técnicos o especialistas en sonido buscan formas rápidas de avanzar, pero intentar una corrección admirable y sin artefactos implica tiempo, práctica y dedicación. Sin embargo, si se abusa de este proceso se puede terminar con un producto inferior al archivo original.

En los archivos de sonido se pueden encontrar alteraciones de cualquier tipo: siseos, pops, clicks y reverberaciones capturadas en un set de filmación no tratado acústicamente. Para todo esto existen empresas de tecnología de audio que ofrecen herramientas para la restauración, procesamiento y postproducción de sonido.

Estas herramientas o editores gráficos de sonido son programas o softwares especializados en el montaje y procesamiento de audio digital, utilizados tanto en proyectos audiovisuales como en musicales. Por solo mencionar algunos de estos softwares, se pueden enunciar: Spectralayers Pro de Magix, ERA Bundle de Accusonus, Izotope RX, Antares SoundSoap, Accentize, Acon Digital o CEDAR Studio. También existe una gran variedad de software libres o de bajo costo con prestaciones similares.

En el entorno profesional, estas herramientas se suelen integrar a las estaciones de trabajo digital (DAW o Digital Audio Workstation).

De   los   programas   mencionados   anteriormente, todos   presentan   excelentes posibilidades, pero Izotope RX ha ido convirtiéndose en el standard de la industria, tanto por sus prestaciones como por su precio en el mercado. Es un impresionante conjunto modular de herramientas para las necesidades de limpieza y reparación de audio, que puede utilizarse como un editor independiente o como plug-in dentro del propio DAW, proporcionando excelentes resultados.

La restauración digital es un tema en el cual aún queda mucho camino por transitar y un buen paso inicial sería comenzar a concientizar su uso como una solución factible ante los errores que puedan encontrarse. Si bien hay errores que no tienen solución, con estas herramientas pueden llegar a solucionarse una buena parte de ellos. Desde el punto de vista comercial la grabación de sonido con deficiencias debe ser restaurada y mejorada para satisfacer de manera inmediata las exigencias del público de hoy. En el mundo actual el silencio no resulta ser un componente fundamental en la industria del audiovisual.


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