Señas de identidad, en la obra literaria de Leonardo Depestre


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La literatura cubana del siglo XX es el reflejo fecundo de la vorágine política, social y cultural que vivieron algunos escritores y que contribuyó a la formación de sus señas identitarias. Este andar ha estado presente en las obras que han marcado el hacer del escritor, periodista e investigador Leonardo Depestre, autor de numerosos libros y colaborador asiduo de publicaciones seriadas y digitales cubanas.

Aunque Remediano por nacimiento, la profesión de su padre –juez— llevó a que su familia residiera en varias localidades durante su niñez, hasta que se asentaron en Guanabacoa, La Habana. Lugar en el que realizó estudios de Licenciatura en Lengua Inglesa, una Maestría en Comunicación y otros idiomas complementarios como italiano y ruso.

¿Cómo llegaste al mundo de la literatura?

“Llegué de una manera natural. Mi casa estaba llena de libros, y esto devino en mi primera biblioteca, donde me aficioné a la lectura. Mi madre leía mucho, mi padre también, él además subrayaba para señalar lo que le era principal en cada libro.

Leí muchos autores españoles, franceses, rusos e ingleses del siglo XIX, además de norteamericanos del XX, sin olvidar a tantos cubanos. Después, casi sin darme cuenta, empecé a escribir, no cuentos ni poesía, sino testimonios a partir de entrevistas y relatos escuchados.”

Simultaneando el ejercicio del periodismo y la investigación literaria e histórica, llega la poesía y la narrativa a sus letras, lo cual hace que sus producciones supongan un tratamiento especial a textos con humor, y hasta cierto punto desentrañar los mecanismos que lo sustentan. La lingüística con humor abre una vía para este autor que, al revisar los títulos de sus libros, observemos este plus en parte considerable de sus temáticas.

Poesía y narrativa en ti son géneros que van bañados en una dosis de humor. ¿Por qué?

“Si supieras, la dosis de humor llegó con los años. Me di cuenta de que era saludable para mí. Siempre que puedo propongo una sonrisa muy ligera, sin ser humorista. Existen temas referidos a costumbres cubanas, frases y personajes populares que por sí solos resultan graciosos, al menos a mí. Aunque sé que no siempre lo consigo, trato de no aburrir, pero por si acaso intento de que mis textos sean más bien breves y dinámicos.”

Desde la década del 90 ha colaborado en numerosas publicaciones y periódicos provinciales. Sus artículos han sido publicados en la prensa extranjera, en tanto su colaboración a través de Cubaliteraria, el Instituto Cubano del Libro, Librínsula y su estrecha coordinación con los museos municipales de Guanabacoa y Regla ha hecho que se divulgue y se conozca un hacer que incluye lexicografía, lingüística, biografía e historia. 

¿Qué representa Cubaliteraria para usted?

“En Cubaliteraria he colaborado durante veinte años, entonces radicaba en el Palacio del Segundo Cabo. Iba mucho por allá, porque además el edifico me encantaba. Grandes amigos y amigas hice. Hoy las muchachas que editan y dirigen son parte de mis afectos literarios. No sé cuántos trabajos me han publicado, pero estoy casi seguro de que son alrededor de mil o más. Les estoy muy agradecido.”

Con un quehacer que ha contribuido al rescate de importantes figuras de la cultura cubana y de personalidades que han visitado esta isla, los libros de Depestre forman parte de las referencias de bibliotecas y sirven de estudio o contribuyen al mejor conocimiento para los que se adentran en estos temas. En tanto, sus trabajos ilustran la laboriosidad y la constancia con que asume las biografías de figuras de plurales desempeños laborales en la sociedad.

100 famosos en La Habana, del libro a la multimedia y de esta a un programa radial, ¿este texto aportó en tu vida de escritor un antes y un después?

“Te digo algo: 100 famosos en La Habana, es un «libro de éxito» por la demanda que tuvo, fue mi gran comienzo y en la actualidad tengo un registro de más de 600 famosos en La Habana.”

¿Y la radio?

“Mi entrada a la radio fue un tanto casual. Se me dio la oportunidad, presenté un proyecto de programa y al cabo de varias semanas me comunicaron que había sido aprobado para yo conducirlo. Mucho tiempo ha pasado y aún me sigo poniendo nervioso cuando entro a la cabina a grabar, a pesar de que no es en vivo. El balcón de los visitantes es el programa que escribo y conduzco semanalmente desde hace unos 15 años en la emisora Habana Radio. Sale al aire todos los domingos con quince minutos de duración, y en el mismo trato de acercar a los radioyentes a la presencia en Cuba de personalidades extranjeras de las artes, la literatura, las ciencias, el deporte o de cualquier otra actividad humana, exceptuando los mandatarios que vinieron en el ejercicio de sus cargos.

La radio en mi vida ha sido una oportunidad, y es también una extensión de mi casa a la que le estoy muy agradecido, por ello he extendido mis colaboraciones periodísticas a Radio Metropolitana.”

¿Niños, adolescentes y adultos son el público para el cuál escribes?

“No escribo para niños, pero los adolescentes me pueden leer, aunque prefiero al lector adulto. Los temas que trabajo se avienen mejor a sus intereses de conocimiento. ¡Yo aprendo muchísimo mientras les escribo!”

Tutorías y oponencias en tesis de maestría, ha asesorado a jóvenes escritores, además de impartir charlas en centros culturales, escuelas, así como en presentaciones de libros y es ganador de varios Premios Literarios «Rubén Martínez Villena» en el género de testimonio.

¿Jubilado de todo ello?

“Hace algo más de un año que me jubilé, mas continúo escribiendo. Mis últimos seis años de trabajo transcurrieron en el Centro Cultural «Pablo de la Torriente Brau», en La Habana Vieja. Puedo afirmar categóricamente que fueron los mejores de mi vida laboral y los más productivos. Allí escribí mucho, publiqué y sobre todo, investigué mucho, muchísimo. Me sentí muy bien entre excelentes compañeros. Ya jubilado sigo colaborando con el Centro Pablo. ¡También les estoy muy agradecido!”

En tiempos de aislamiento social y cuarentena ¿Hay algún escrito sobre el tintero para el deleite de los que siguen su obra?

“Siempre hay algo que se va fraguando, pero que requiere tiempo. En esta época de cuarentena, recomiendo a todo aquel que ha estado posponiendo durante años y años la escritura de una historia, sus memorias, testimonios, un cuento, poesía, lo que sea, que lo haga ahora. No es necesario escribir para otros, se puede escribir para uno mismo. No importa si se publica o no. Leer y escribir es un binomio perfecto.  ¡Quédate en casa!, y si lo haces escribiendo, ¡mejor!”

 


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