Regreso a Cuba porque el amor me da esperanza


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 Autor: Juan Manuel Montoto Pascual.

Después de dos años de no estar en los escenarios de Cuba por la COVID-19, el guitarrista cubano Reynier Mariño, radicado en Islas Canarias, a su llegada conversó con Juventud Rebelde de sus presentaciones y proyectos en la Isla.

«Voy a hacer varios conciertos en Cuba, algunos en centros particulares de La Habana, y un concierto en homenaje a Paco de Lucía, que lo presenté en Madrid, Sevilla, Extremadura y después en Islas Canarias; ese va a ser este 10 de marzo en la embajada de España, organizado con el Departamento de Colaboración Cultural.

«El otro concierto tendrá lugar el 12 de marzo, a las 8:30 de la noche en la sala Ateneo, del teatro Tomás Terry, porque siempre ha sido un sueño mío tocar en esa sala por donde han pasado destacadas personalidades cubanas y extranjeras.

«En esta ocasión compartiré mis obras más clásicas, junto a las del maestro Leo Brouwer, de Ernesto Lecuona, de Sergio Vitier —mi amigo que me ayudó tanto— y obras de flamenco con los invitados Ivette Fernández en el clarinete, Sandra Busto en la flauta, y el bailador de flamenco de Cienfuegos Jen González, que es muy bueno».

Además el objetivo fundamental de este viaje a Cuba es impartir clases de flamenco en los conservatorios cubanos, como en las escuelas Manuel Saumel y Alejandro García Caturla, que no van a ser solo para los alumnos de Guitarra, sino para todos los estudiantes de la escuela, con la intención de enriquecer de algún modo su conocimiento musical, porque en Cuba la asignatura de Flamenco no se enseña… Sí se enseña lo afrocubano, pero no lo español, y si se enseñara ya tendrían la formación completa: lo clásico, lo afro, y lo flamenco.

«También estoy extendiendo estas demostraciones al resto de las escuelas de arte de Cienfuegos y de Matanzas; las clases las estoy organizando con el Centro Nacional de las Escuelas de Arte (Cneart) y los conciertos con el Instituto Cubano de la Música (ICM)».

—Has incursionado en la música rock… Cuéntanos de esta experiencia.

—Hace poco me escribió El mundo de Sofía Band, un grupo de rock que está causando furor aquí; es una chica que toca la guitarra eléctrica muy bien y canta. Se llama Sofía Guilarte Reyes, con otro muchacho en el bajo, Víctor Manuel Ponce de León, y el otro se llama Henry Alejandro Ferrán Molina, en la percusión.

«Y me proponen hacer un tema de bulerías flamenco, pero con el rock; a mí en su momento me asustó, y cuando me enviaron la música la llevé al estudio. En España se asombró todo el mundo y se ha hecho un trabajo increíble. Después de eso se hizo el videoclip; yo hice mi parte allá y ellos aquí, después se juntó todo y se va a estrenar ahora. Para sorpresa nuestra nos nominan para el Festival Cuerda Viva, y para más sorpresa nos dan el premio de Mejor obra instrumental del año.

«También voy a ofrecer conciertos con el grupo El mundo de Sofía, y con los chicos de la AHS, conciertos que son de rock y de trova, pero con la guitarra flamenca».

—La AHS el año pasado cumplió 35 años. ¿Qué ha sido para ti ser miembro de esa organización?

—A la AHS le debo la carrera; en el año 2000 gano el primer premio de Música Instrumental del Festival los Días de la Música, de la AHS, a partir de ahí me dan una empresa artística, porque antes de eso yo estaba con la Compañía Lizt Alfonso, que me iba bien… Quizá hubiera estado ahí toda la vida, pero Reynier Mariño como solista no existía, y su grupo menos que menos. Al ganarme este Premio la AHS me pregunta porqué no formo un grupo, y a Maylin Cejudo, que era la cantante en aquella época, es a quien le agradezco la idea de que creáramos un grupo; gracias a ella es que existen Reynier Mariño y su grupo, pero con el apoyo de Alpidio Alonso Grau y «Normita» Rodríguez Derivet. Si no hubiera sido por Normita, que actualmente es la presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, y por Alpidio, que ahora es el Ministro de Cultura y en el año 2000 era el presidente de la AHS, y ambos nos dan todo el apoyo y nos mandan a Santa Clara y a Matanzas, y nos conocimos tú y yo, la carrera mía no hubiera existido, porque nunca tuve la intención de hacer una carrera como solista. De verdad yo estaba muy contento en la Compañía Lizt Alfonso, habíamos ido a España, teníamos una gira para Estados Unidos y hubiera viajado el mundo entero con ella, con quien me llevo muy bien y estamos hablando de hacer música nueva para los espectáculos.

«Cuando la gente me pregunta por la AHS, le digo que la AHS soy yo. “Sí, pero ya tú tienes 42 años”, y respondo que sí, pero sin la AHS yo no hubiera hecho nada. “Pero eres miembro de la Uneac”… Les respondo sí, pero con la Uneac he hecho una que otra cosa, pero mi carrera nació en la Asociación, de ahí la intención de ir también a enseñar flamenco a los chicos de la AHS. Este viaje pues, más que de conciertos, que voy a hacer muchos, es un retorno o regreso a Cuba como profesor de todas estas nuevas generaciones, que yo no quiero que toquen flamenco; mi intención es que conozcan flamenco. Al conocer flamenco, si te dedicas por ejemplo a la música afrocubana, le puedes introducir algo del flamenco, o la puedes fusionar; si te dedicas al rock, como El mundo de Sofía Band, le puedes introducir algo de flamenco y ganarte el premio instrumental de todo el país».

—¿Cómo ha sido la carrera de Reynier en estos dos años de pandemia en España?

—Al inicio de la pandemia fue muy complicada, porque lo único a lo que me dedicaba era a impartir clases por internet; a partir de ahí firmé con la disquera Di Benedetto Productions, pues con tanta suerte (y se lo cuento a la gente de aquí, como que la vida te sorprende), que hacía años que no hacía un disco y un poco había perdido la esperanza, porque en Canaria me va muy bien. Allá me conoce, si no todo el mundo, casi todo el mundo, porque salgo en la televisión mucho, tengo mi programa de radio, que se escucha bastante y es el número uno de todos los miércoles en todo Islas Canarias.

«Pero ya un poco había renunciado a la idea de que una discográfica importante me contrate como guitarrista (he hecho colaboraciones con muchos artistas internacionales), que como guitarrista apostara por mí, que se gastaran 500 000 euros en mí, hacerme un disco a mí, del cual a lo mejor recuperan cinco mil, o sea las esperanzas ya se habían perdido, porque suele pasar que a gente tan talentosa como muchos que conocemos no les aparece la discográfica.

«Y apareció de la nada; me llamaron desde Italia y yo pensé que era mentira; les cuelgo, me vuelven a llamar y me dicen que querían firmar por cinco años y hacerme cinco discos, y en julio vengo a Cuba a hacer mi primer disco con Di Benedetto Productions, a los estudios de Edesio Alejandro, con la producción del maestro Edesio Alejandro, que como todos sabemos es el único cubano que es miembro oficial de la Academia de los Grammys, o sea al resto los ponen y los quitan, pero de los siete uno de ellos es Edesio, un hombre con una gran experiencia musical, y la discográfica apostó por mí y por hacerme el disco con el mejor; no es que ellos conozcan la obra de Edesio, ellos le preguntaron a la Academia de los Grammys quién era la persona indicada y ellos dijeron Edesio Alejandro. El disco se hace ahora; ya se pagó la mitad, está seguro, y el 15 de agosto estoy de nuevo en Cuba para comenzar la grabación».

—¿Cuál es tu mensaje al pueblo de Cuba?

—Hay una canción mía que se llama Regreso y finaliza así: «Por eso regreso a Cuba, mi país, donde único soy feliz porque el amor me da esperanza»; estoy muy contento de estar en Cuba, de venir a enseñar flamenco y a ofrecer conciertos. Más que hacer conciertos, porque los he hecho siempre, me interesa la posibilidad de formar a nuevas generaciones que me puedan sustituir, que puedan sustituir a Lizt Alfonso, a los que estamos, que no estamos viejos, pero ya no tenemos 20 años. La misión es dejar el relevo y en eso estamos».


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