Carlos Alfonso y Síntesis, sin dejar de soñar


carlos-alfonso-y-sintesis-sin-dejar-de-sonar

Grupo Síntesis. Foto: Ricardo López Hevia

 

«Síntesis es mi universo y Ele es su centro. El día que Ele decida no seguir cantando, hasta ahí llegó Síntesis», me devela Carlos Alfonso en esta hermosa declaración de amor, a propósito de los 45 años de la icónica agrupación a la cual se ha entregado en cuerpo y alma como director.

Dicen que las agrupaciones musicales proyectan las esencias de quienes las guían. La invariable frescura que encontramos en la obra de Síntesis es el resultado del tesón de un respetado creador, comprometido con el aporte de su pueblo.

Quizá para algunos pueda ser difícil creer que la persona, cuyo legado está basado en una equilibrada fusión de los timbres propios del rock con nuestras raíces musicales, de muchacho nada más conocía de la llamada música clásica, hasta el día en que quedara absolutamente sorprendido por un joven Silvio Rodríguez en un programa de televisión. Del mismo modo, al cabo de tantos años, Carlos Alfonso nos sorprende por su euforia cuando recuerda la memorable pieza Pastilla de menta, de la Orquesta Cubana de Música Moderna. Así, de su inclinación hacia el rock anglosajón por una parte, y de su contacto con músicos de la Nueva Trova, es que nace el cuarteto Tema IV, antesala de Síntesis.

Grupo Síntesis. Foto: Ricardo López Hevia

Le interesa hablar de la pléyade de músicos que han plasmado su huella en esta indiscutible academia formadora de talentos como José M. Vitier, Mike Porcel y Pablo Menéndez, entre otros, además de significarnos las colaboraciones de Silvio y de Amaury Pérez.

Grupo Síntesis. Foto: Ricardo López Hevia

De semejante admiración de Carlos por el rigor artístico es que se desprende la perdurabilidad de Síntesis, al considerarla como una gran familia indivisible, donde específicamente sus prestigiosos hijos Equis y Eme Alfonso, con sendas trayectorias personales, todavía le devuelven la experimentada savia adquirida al desempeño actual del grupo matriz. Esta confianza ilimitada en la certeza del camino escogido se traduce en la fuerza de una singular propuesta musical, aplaudida también internacionalmente. Sin embargo, el sano orgullo de Carlos Alfonso está motivado por no haber hecho concesiones, por no haberse dejado prostituir artísticamente para alcanzar una supuesta mayor trascendencia, pues incluso no esperaba tanto de la vida. Nada más quería llegar a ser un músico cubano que nunca ha dejado de soñar.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte